Zhilei Zhang llegó al Madison Square Garden para aportar la dosis de dinamita a la cartelera que tuvo como combate estelar la presentación de Teófimo López y George Kambosos, de la que el australiano salió vencedor en fallo mayoritario para arrebatar al estadounidense sus títulos mundiales en la división de peso ligero.

Vaya si cumplió con su tarea el gigante chino, pues logró la definición más rápida de la velada al despachar con un nocaut técnico en el segundo asalto a Craig Lewis, veterano peleador de 37 años que había llegado con un discreto récord profesional de 14 victorias, 4 derrotas y un empate.

 

Transcurrido el primer minuto del segundo asalto, Zhang encontró a su rival con un poderoso gancho de izquierda que le dobló las piernas y lo hizo poner finalmente las rodillas sobre la lona, dando lugar a la cuenta de protección del árbitro de la pelea. Completamente aturdido, Lewis le aseguró poder seguir y tardó apenas unos segundos más en volver a ser conectado por una izquierda que lo mandó otra vez a la lona.

Tosudo en su actitud de querer continuar con la pelea, el estadounidense volvió a decirle al árbitro que podía seguir, aunque no sería por mucho más tiempo; pues después de observar que este utilizaba las cuerdas para sostenerse de pie, el encargado de impartir justicia, pero también de proteger a los boxeadores, dijo que el pleito había terminado.

Zhang había comenzado el año con aspiraciones de pelear prontó por un título mundial en la división de los pesos pesados. Sin embargo, había dejado dudas sobre sus merecimientos al empatar en su último combate con Jerry Forrest. Y no parece que la victoria ante Lewis, por más espectacular que haya sido, alcance para volver a ponerlo en consideración de los grandes campeones.