Este sábado, en el mítico Madison Square Garden de New York, el australiano George Kambosos dio el gran campanazo del año boxístico derrotando en fallo mayoritario a Teófimo López y arrebatándole así sus títulos mundiales de la división de peso ligero de la AMB, la OMB y la FIB, además de los cinturones de The Ring y de Campeón de Franquicia del CMB.
El peleador estadounidense de raíces catrachas no reconoció en ningún momento la derrota que lo dejó además sin invicto, incluso interrumpió la primera entrevista que su vencedor estaba realizando para DAZN sobre el cuadrilátero diciendo que él había sido quien debió salir ganador de ese combate y que no entendía cómo los jueces habían determinado lo contrario.
Sucede que si Teófimo López realmente está dispuesto a poner atención, son muchas las razones que determinaron que el ganador de este sábado por la noche haya sido Kambosos y no él. Las hubo dentro del cuadrilátero y también las hubo fuera, porque aunque muchos no lo hubieran notado el combate entre estos dos había comenzado hace tiempo.
Como lo que más nos interesa es lo que sucede arriba del ring, el australiano construyó su victoria siendo el peleador que mejor comenzó la pelea, al punto que en el primer asalto sorprendió y mandó a la lona al estadounidense con un gran volado; y también el que mejor la terminó, reponiéndose de una caída en el décimo asalto y haciendo gala de una gran variedad de combinaciones, también con gran efectividad, en los dos rounds finales en los que, para hacer más gráfico el asunto, el rostro de López estaba completamente ensangrentado.
Otro factor de la derrota de Teófimo que pudo verse sobre el ring pero que en realidad había comenzado muchos meses antes tuvo que ver con la subestimación del rival. Incluso, en la última rueda de prensa previa a la pelea había asegurado que lo noquearía en el primer round. Eso salió a buscar, porque lejos de trabajar el combate solo se dedicó a lanzar golpes de poder, sin combinaciones, volviéndose predecible para Kambosos que como respuesta fue quien lo mandó a la lona en esa ronda inicial.
López perdió sus cinturones porque su esquina no supo guiarlo. En todo momento, su padre lo recibió indicándole que estaba ganando la pelea, que lo había hecho de manera fantástica en cada asalto. Entonces el todavía campeón mundial nunca cambió su estrategia y fue cavándose su propia fosa.
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George Kambosos le ganó además la batalla psicológica. Lo había hecho en cada cara a cara que tuvieron ante la prensa, tratándolo como un niño más que como a un campeón mundial. También lo hizo sobre el cuadrilátero, conectándolo cada vez que López intentó provocarlo y sonriéndole cada vez que este fallaba un golpe, incluso cuando lo encontraba con todo su poder sin lograr ponerlo en la lona.
Pero fundamentalmente Teófimo López perdió la pelea porque ha vivido todo un año creyéndose su propia mentira. Porque después de vencer a Vasyl Lomachenko, en un combate que para muchos no debió haber ganado, se autoproclamó campeón mundial indiscutible cuando no lo era. Porque tuvo el atrevimiento de pararse con sus cinturones junto al Canelo Álvarez el último 6 de noviembre en que el mexicano sí se transformó en indiscutible, como si ambos fueran la misma cosa. Este sábado, quedó clarísimo que no.
Las excusas de Teófimo López
Lejos de ponerse a pensar en todas las causas que lo llevaron a perder su invicto y sus cinturones ante George Kambosos, Teófimo López lo interrumpió en sus declaraciones a la prensa diciendo que el fallo de los jueces había sido injusto, que él debió haber ganado al menos diez de los doce asaltos.
Sin embargo, cuando el propio Kambosos le ofreció la revancha, Teófimo dijo que muy probablemente subirá a las 140 libras, que ya le cuesta mucho dar el peso en la categoría ligero y que ni siquiera debía haber tomado la pelea que acababa de perder porque su deseo desde que venció a Lomachenko había sido subir de división.