El patinador mexicano Donovan Carrillo acabó con la sequía de más de tres décadas en las que un azteca no arribaba a Juegos Olímpicos de Invierno en Patinaje Artístico sobre Hielo, y es que su resultado fue histórico, pues consiguió arribar hasta la gran final donde se ubicó entre los mejores 22 patinadores del mundo, pero esto no es una casualidad, pues el tapatío ha estado ligado al futbol desde muy pequeño.
Y es que Carrillo no pudo evitar externar que es un gran fanático al futbol, pues lo llegó a practicar siendo la posición de delantero su favorita: “En ese tiempo, a mí me apasionaba muchísimo el fútbol. Me gustaba jugar como delantero, pero la verdad es que nunca se me dio. Me llevaron a jugar ligas infantiles, pero me di cuenta que no era lo mío. Me encantaba, pero no”, apuntó para Marca.
Esto derivó en que su pasión escalara y lo llevara a tener de ídolo nada más y nada menos que al famoso “Principito”, Andrés Guardado: “Soy rojinegro de corazón desde muy chico. Mi papá me inculcó un gran amor por el Atlas y, en general, por parte de la familia de mi papá, somos atlistas. Era muy pequeño, pero me tocó ver jugar varias veces a Andrés Guardado y era totalmente admirable. Debutó muy chico, recuerdo que a los 17 años. Él es una figura total del deporte y del fútbol; una total admiración”, a lo que el futbolista decidió responderle en sus redes sociales.
Twitter Andrés Guardado
¿QUÉ OTROS DEPORTES HA PRACTICADO DONOVAN CARRILLO?
De acuerdo a Donovan, el futbol no fue su única pasión en su niñez, pues practicó diversas disciplinas hasta que llegó a enamorarse del patinaje artístico sobre hielo, donde es el atleta más feliz del mundo: “Antes de entrar al patinaje artístico, pasé por la gimnasia, por los clavados; y llegué a competir en estos deportes en Olimpiadas Nacionales, hasta que conocí el patinaje y ahí fue donde realmente encontré mi pasión y algo que me llenara”.
Ante esto, Donovan aseguró que el objetivo es muy claro y es continuar luchando por hacer una trayectoria olímpica destacada , pues quiere obtener metas asequibles, entre ellas, buscar ser parte del top 15 del mundo y, posteriormente, un top 10, lo cual puede llevarlo a una meta realista en los siguientes juegos olímpicos: “Si con este resultado nos sentimos orgullosos y lo disfrutamos y celebramos, lo que venga para 2026 será mucho más grande y mejor” , finalizó.