Cada gol convertido por el América en la noche del Estadio Azteca significó un golpe anímico de consideración para el Toluca, que no pudo reponerse en ningún momento a los avasallantes ataques del equipo de André Jardine.

Tal era la tensión y frustración de los futbolistas escarlatas en el encuentro disputado en el Coloso de Santa Úrsula, que terminaron por cruzarse entre sí para reprocharse cuestiones tácticas del compromiso… ¡pero cuando aún no había finalizado el partido!

Fue el caso del brasileño Tiago Volpi y el uruguayo Maxi Araujo, quienes se enfrentaron apenas instantes después de una de las anotaciones de las Águilas, ya que el portero le recriminó a su compañero un error en la marca, y envuelto en bronca, el defensor-volante no le gustó nada y contestó.

Cuando otros jugadores advirtieron la situación entre ambos compañeros, se metieron en el medio y los separaron, para meterlos de nuevo prontamente en el juego y que la derrota no fuese aún más abultada. Lamentablemente, la bronca por el resultado era tal que nunca pudieron quitar de su mente el descargo.

Más allá de lo sucedido entre ambos dentro del campo de juego, se pudo saber que no pasó a mayores y que todo quedó en la cancha: en el vestuario hubo rostros de enojo pero también autocrítica y sed de revancha por revertir lo hecho anoche en el Estadio Azteca.

Renato Paiva le bajó el precio a la discusión entre Araujo y Volpi:

Renato Paiva, entrenador de los Diablos no quiso echar más leña al fuego y aseguró que la pelea fue una cuestión de partido y que habla más del hambre de gloria del equipo que de otra cosa. Es normal, fue la ambición de querer ganar, de un equipo que viene creciendo; con la calidad individual de ellos, simplemente por la calidad del adversario, es normal (el fastidio), señaló el DT del Toluca en rueda de prensa.