Se despidió una leyenda. Dustin Poirier le dijo adiós al octágono de la UFC en el evento numerado 318 este sábado 19 de julio con una espectacular contienda ante Max Holloway que finalmente terminó quedando en manos del hawaiano de manera contundente. Por la vía de la decisión unánime, el cinturón BMF quedó en manos de quien hizo su trabajo, pero amargando la fiesta de la leyenda que pasó al retiro.
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Embargado en una profunda emoción, Poirier subió al octágono para entregar su última función en la que ofreció un tremendo espectáculo. Desde el primer asalto que ambos entregaron lo que se esperaba: una función en el centro del octágono y con intercambios de todo tipo. Ambos llegaron a besar la lona, pero se recuperaron para culminar el duelo de pie.
Max Holloway superó a Dustin Poirier de principio a fin
El que marcó el ritmo fue Holloway, con más velocidad y variantes a la hora de atacar, por momentos parecía sorprender a un Poirier que se limitaba a los contraataques, aunque muy fuertes por cierto. En el primer round Max mandó a la lona a Dustin, quien pagó con la misma moneda en la segunda vuelta. Desde el tercer round en adelante fueron más cautos y los momentos explosivos escasearon.
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Al final de la contienda, cuando quedaban apenas 10 segundos, Holloway invitó a Poirier al centro del octágono a intercambiar y el Diamante aceptó, para al ver que podía ser noqueado eligió terminar de pie y abrazó a Max. Finalmente, todos despidieron al Diamante que se despidió del octágono a los 36 años, en vigencia total y con un legado que será imborrable. Nadie brillará como él.
