En abril, Adalid Maganda denunció a Arturo Brizio de haberlo llamado "pinche negro" cuando le solicitó una explicación de por qué había dejado de ser designado para dirigir partidos de la primera división mexicana.

El árbitro que denunció haber sido despedido en un acto de racismo de la Federación Mexicana de Fútbol, comenzó el pasado martes una huelga de hambre tras no llegar a un acuerdo para volver a trabajar en partidos de la primera división.

"No busco dinero, yo busco justicia, y que se me devuelva lo que se me quitó. Hoy inicio la huelga de hambre", dijo Maganda a la prensa.

El colegiado instaló una tienda de campaña a las afueras de la Federación Mexicana de Fútbol, ubicada en Toluca, a unos 60 kilómetros de la Ciudad de México.

"Lo hago por dignidad. Si algo me llega a pasar, que caiga todo el peso de la ley sobre la Federación", añadió Maganda al inicio de su protesta. Además, llamó al presidente de la Comisión de Árbitros Arturo Brizio "racista y elitista".

Al parecer, la huelga le dio sus frutos al colegiado, porque a última hora comunicó que deberá realizar las pruebas físicas en marzo para ser restituido.