Con la emoción de haber sacado adelante la batalla ante Cilic que le permitió luego a Delbonis ganar el punto del título histórico, la Torre de Tandil reconoció que tuvo que terminar el partido con un dedo fracturado.
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Corrió en desventaja e hizo a todos los hinchas argentinos hacer fuerza por él. Lloró e hizo llorar a todos a la par, incluido Diego Armando Maradona, ese astro con el que se admiran mutuamente. Por eso, cuando todavía no sabía lo bien que terminaría ésta historia, Juan Martín Del Potro dejó salir todas las emociones.
“Me cuesta hablar, estoy ahogado. Corrí mucho también, tengo las piernas acalambradas”, comenzó diciendo el tandilense, para terminar haciendo una confesión que engrandece todavía más su gesta: “Me quebré el dedo, lo tengo morado, pero bueno sirvió para ganar y ahora hay que esperar”.
Y la espera le dio el premio más grande de su carrera, un premio por no bajar los brazos: “Gracias a todos los que no dejaron que me retire. Estuve muy cerca de no jugar más y acá estoy”. ¡Grande, campeón!
