Fue muy bueno de principio a fin lo que hizo el Cruz Azul en el partido.
Los dos detalles que más se destacan son el haber dado vuelta un encuentro con gran carácter (algo que históricamente le costó mucho a la Máquina) y el juego que demostró en un Estadio Azteca arruinado.
Ya en los primeros minutos, los dirigidos por Pedro Caixinha dominaban las acciones y creaban peligro en el arco visitante, pero fue Lobos el que abrió el marcador.
Luego de una buena jugada de Michaell Chirinos, Leonardo Ramos conectó de cabeza para el primer gol del encuentro.
Los locales siguieron intentando y no se desesperaron. Cada vez con más jugadores en campo contrario, fueron llevando a los Licántropos contra su propio arco.
Así llegó el empate: Édgar Méndez tomó una pelota suelta en el área, pero su remate fue bloqueado y le quedó a Martín Cauteruccio, que de volea decretó la igualdad.
A falta de pocos minutos para el cierre de la primera mitad, una estupenda jugada colectiva terminó con el centro atrás de Elías Hernández y el gol de José Madueña dentro del área. En Cruz Azul todos atacan.
La Máquina Cementera pudo anotar algún gol más en el complemento, pero fallas en la definición y jugadas favorables mal terminadas impidieron que eso suceda.
A falta de una fecha, los Azules son líderes con 33 puntos, en lo que puede ser un semestre para la historia.