Después de 19 años y un descenso de por medio, River vuelve a dominar América: goleó con autoridad, y en un Monumental repleto, 3-0 a Tigres en la final. La Libertadores, otra vez, se queda en tierras argentinas.
Después de 19 años, el barrio de Nuñez festejaba volver a ver una final en el Monumental. Después de una vida, Tigres se ilusionaba con disputar su primera definición de Libertadores y ganarla.
El primer tiempo fue más fricción que emociones: 22 faltas y cinco amarillas (4 de los Felinos y 1 del Millonario). Tigres había tenido la más clara de un desborde de Jürgen Damm y una fallida definición de André-Pierre Gignac. No obstante, cuando morían los primeros 45′ y nacía el entretiempo, Lucas Alario estampó de un centro al punto penal la euforia argentina: 1-0 se iba al descanso el local.
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No obstante, en la segunda parte -en el mejor momento mexicano- Carlos Sánchez cambió por gol un penal que le hizo Aquino en la puerta del área mexicana.
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Después, Funes Mori, con una estampa suya, puso cifras de goleada con un cabezazo en la puerta del área chica, tras magistral centro de Pisculichi.
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En menos de un año, Marcelo Gallardo le retornó toda la historia internacional, ausente casi dos décadas, a River y conquistó la Copa Sudamericana y la Libertadores. La Banda volverá a disputar el certamen de Japón, aunque ya era sabido en la previa, y lo hará como el máximo exponente del fútbol sudamericano.
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