Ambos presidentes acordaron que las finales de la Copa Libertadores se juegue sin público visitante. Entonces, Tigres-River y River-Tigres, sólo con simpatizantes locales.

Una decisión poco feliz. El presidente de River, Rodolfo D’Onofrio, y el de Tigres, Alejandro Rodríguez, acordaron no vender entradas para los simpatizantes visitantes por lo que las finales de la edición número 56 de la Copa Libertadores se jugarán solamente con público local.

El miércoles se jugará la primera final, en México.

Todo surgió hace unos horas, cuando desde el equipo mexicano anticiparon que tenían todo vendido para la final de la ida, que se jugará en territorio azteca. Esa situación complicó ubicar en sus estadios a los 4 mil visitantes que estipula el reglamento de la Confederación Sudamericana (Conmebol).

De este modo, los presidentes de los clubes finalistas, amparados en una salvedad del reglamento que también deja librado a las instituciones la decisión, definieron que el miércoles 29 de julio en Monterrey haya sólo hinchas de Tigres y el 5 de agosto el Monumental se complete únicamente con riverplatenses.

“El problema es que la cancha no alcanza, la gente que quiere venir es el doble de la capacidad del estadio y la prioridad es para los que tienen abono y no puede haber más de 71.600 aproximadamente , explicó D’Onofrio en declaraciones a ESPN Radio.

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