Este martes FIFA le dio a Perú la mejor de las noticias, porque cuando Ricardo Gareca estaba resignado a no poder contar con Paolo Guerrero en el Mundial cayó del cielo el comunicado que informaba que la sanción del capitán se reduciría a la mitad, por lo que quedará limpio de castigo el 3 de mayo de 2018, un mes y once días antes de que se inicie en Rusia la competencia por la que los criollos llevan esperando 36 años.

Pero celebrado lo que había que celebrar, el cuerpo técnico peruano deberá diagramar la mejor estrategia para que la inactividad del delantero no le pase factura en la Copa del Mundo, teniendo en cuenta que podrá jugar poco y nada en los meses previos.

“De conformidad con el art.29 del Reglamento Antidopaje de la FIFA, la suspensión incluye, entre otros, todo tipo de partidos en el ámbito nacional e internacional, amistosos u oficiales. La parte dispositiva de la decisión de la Comisión de Apelación de la FIFA se ha notificado hoy”, reza el último comunicado de FIFA, dejando en claro que, hasta mayo, Guerrero podrá poco más que entrenarse y hacer fútbol en algún encuentro informal dispuesto al efecto.

Con Perú, en primera medida, se perderá los dos duelos de la Fecha FIFA de marzo, pactados con Croacia e Islandia, dos selecciones también clasificadas al Mundial. Pero la peor parte sin dudas se la llevará el Flamengo, que no podrá contar con el goleador casi durante la totalidad de la fase de grupos de una Copa Libertadores en la que quedó emparejado con River y Emelec, más un cuarto integrante de la zona que queda por definirse. Tampoco podrá contar con él en los inicios de la Copa do Brasil, que comenzará a disputarse el 31 de enero, ni darle rodaje en el Campeonato Estadual.

Ante semejante panorama, la Federación Peruana y el club brasileño deberán diagramar un plan de entrenamiento preciso que permita mantener a Guerrero en plena forma, objetivo para el cual el jugador de seguro se mostrará más que predispuesto, ya que en el horizonte está poder cumplir el sueño de toda su vida.