El futbol mexicano regresó, pero no lo hizo como esperábamos; fue en medio de la epidemia, sinafición en las tribunas ondeando banderas, ni gritando a todo pulmón para alentar a los equipos que se disputaban el balón en la cancha, ese balón que tuvo que ser desinfectado una y otra vez para evitar el más mínimo riesgode contagio por coronavirus.
La nueva normalidad fue, en cambio, la que se hizo presente y las imágenes que dejó en el primer día de la Copa por México son simplemente tristes, frías, escalofriantes; lo que nunca se hubiera podido imaginar en el deporte que tantas alegrías le ocasiona al mundo entero.
Pero así fue. Los cubrebocasnegros no dejaron observar las sonrisas de los protagonistas a su llegada a los estadio,los escudos de los equipos en ellos tan solo adornaban el miedo y el riesgo al que iban a estar expuestos los siguientes 90 minutos en la cancha.
Los protocolos de sanidad se cumplieron al pie de la letra tanto en el estadioOlímpico, como en elAkron, así lo aseguró la Liga MX, con el objetivo de minimizar los riesgos de contagio y cuidar la salud de los involucrados: jugadores, cuerpos técnicos, personal de la salud, de limpieza, de la comunicación, baloneros y más.
Con los jugadores suplentes repartidos en las gradas, con los directores técnicos ocultos debajo de mascarillas y gafas, algunos otros desde las tribunas,con olor a sanitizante, con micrófonos cubiertos con plástico;sin abrazos de gol, con miedo a contagiarse.
“¿Ha entrado usted, alguna vez, a un estadio vacío? Haga la prueba. Párese en medio de la cancha y escuche. No hay nada menos vacío que un estadio vacío. No hay nada menos mudo que las gradas sin nadie”, Eduardo Galeano.
Así regresa el futbol mexicano, en un ensayo de lo que le espera también a la Liga MX a partir del 24 de julio y durante mucho tiempo más. Así se vive la nueva normalidad en torno a la pelota que vuelve a girar.
Estas son algunas imágenes:
Aficionados ‘digitales’ en la tribuna