Como si algo faltaba para que la relación entreZárate y la gente de Vélez sea peor, era lo que sucedió sobre el final del encuentro.
Gustavo Alfaro decidió meter al venezolano Jan Hurtado a la cancha para reemplazar a Mauro, y cuando comenzó la caminata del delantero hacia afuera, la gente del Fortín estalló.
Le gritaron de todo, mientras él con calma se dirigía al banco de suplentes para abrigarse y sentarse allí.
Además de consultar a los suyos si le habían hecho penal en una jugada específica, metió gesto provocador para los hinchas.
Se tocó el escudo de Boca, dejando un mensaje muy claro. No hacía falta…