Tremendos 90 minutos. Peleados. Luchados. Dejaron la vida. ¿El campo? Un desastre. No se pudo jugar bien, se metió muchísimo.

Durante el encuentro, Boca fue más que Rosario Central. Mereció ganar, pero la mala definición y los palos le negaron el grito sagrado.

Con el 0 a 0 final, todo se resolvió desde los tiros penales. El nerviosismo se apoderó de todos. Los dos equipos, en ronda, se juraron ganarlo.

En una serie de penales casi perfecta, el conjunto de Alfaro se quedó con la Supercopa Argentina.