Jamás en su carrera Gabigol había tenido un partido tan importante como el que disputó este sábado en Lima.
Tras pasarse ochenta y cinco minutos en la sombra, Gabriel barbosa despertó, marcó los dos goles que permitieron dar vuelta el partido ante River y se convirtió en el héroe de la segunda Copa Libertadores que conquista Flamengo en toda su historia.
No era para menos, entonces, que a la vez que Gabigol enseñana su camiseta a todo el estadio, al continente, al mundo; en la casa de su madre se estuviera desatando un alocado festejo.
Linda, que lleva en la espalda un tatuaje de la cara de su hijo, se tiró al suelo y comenzó a rodar, mientras otros familiares saltaban y gritaban el segundo tanto del delantero, cuando ya no había tiempo para más en Lima.
Claro que también su papá haría su aparición en las redes sociales, cumpliendo una promesa que había hecho al futbolista para el caso que ganara la Copa Libertadores.
Arrodillado sobre el césped, en el arco en el que Gabigol consiguió la hazaña, felicitó a su hijo y agradeció a Dios por haberle regalado esa inolvidabe jornada.