El fútbol es un deporte que se vive y juega con una intensidad más que fuerte e imponente. En consecuencia, durante la disputa de un encuentro es normal y rutinario ver que dos protagonistas de diferentes equipos tengan un pequeño encontronazo, el cual en muchas oportunidades puede pasar a mayores a raíz de la reacción de uno de ambos.
En Paraguay, disputándose nada más ni nada menos que el Clásico de dicho país, el arquero de Olimpia y el artillero de Cerro Porteño jugaron un partido a parte burlándose el uno del otro en diferentes momentos del partido. Afortunadamente, en esta ocasión ninguno de los dos reaccionó de mala manera.
La historia comenzó a los 26 minutos con un penal en favor del Ciclón, en el marco de la Fecha 17 del certamen local. Diego Churín, desaprovechando la oportunidad de poner en ventaja a su equipo, envió el balón por encima del travesaño y se quedó parado dentro del área rival lamentándose por la situación protagonizada. Alfredo Aguilar, arquero del Decano, rápidamente se recompuso de su volada y fue a burlarse del goleador.
El encuentro siguió su rumbo, hasta que a los 65′ llegó la tan ansiada revancha del futbolista argentino: mediante un ataque y aprovechando un error en el fondo de Olimpia, Churín sacó un remate imponente que Aguilar no pudo contener y estampó el primer tanto del cotejo.
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Tomando un esférico posicionado cerca del arco que para aquel entonces Alfredo estaba custodiando, Diego puso el mismo sobre la línea de la portería del Decano y se sentó sobre la pelota para celebrar su conquista y trollear a su rival. En esta oportunidad, quedó demostrado que el que ríe último, ríe mejor.