Salpicado como ningún otro deporte, el boxeo se mueve por terrenos pantanosos en su deseo de permanecer dentro del circuito olímpico. Por eso, la Comisión Ejecutiva del Comité Olímpico Internacional (COI) decidió que todas las competiciones clasificatorias de boxeo para los Juegos Olímpicos de París de 2024 “no se llevarán a cabo bajo la autoridad de la Asociación Internacional de Boxeo (AIBA)”. Serán los segundos Juegos, tras los de Tokio, en los que el COI organizará las competiciones de boxeo sin la AIBA.

Para el COI la decisión se centra en los deportistas y en la necesidad de dar certidumbre a las competiciones y clasificaciones olímpicas para París 2024, y se produce después de los continuos y muy preocupantes problemas de la AIBA, como su sistema de gobierno, su sistema de arbitraje, de jueces y, sobre todo, su dependencia financiera de la empresa Gazprom, la empresa energética estatal rusa. En mayo pasado, la AIBA reeligió a su presidente ruso, Umar Kremlev, por aclamación dos días después de que el único otro candidato, de los Países Bajos, fuera destituido por un panel de investigación independiente.

Más allá de la “decepción” que manifestó la AIBA, el boxeo aún no tiene confirmada su plaza en Los Ángeles 2028 y el COI informó que su Comisión Ejecutiva aprobó un nuevo sistema de clasificación para los Juegos basado en la clasificación directa a través de unas competiciones concretas, aprovechando los juegos multideportivos regionales: los Juegos Panamericanos de Santiago, los Juegos Europeos de Cracovia, los Juegos del Pacífico de Honiara y los Juegos Asiáticos de Hanfgzhou, todos en 2023. Tras la fase continental de asignación de plazas, se celebrarán dos torneos de clasificación mundial en 2024.

En síntesis, para el COI los estándares de trasparencia no son parte de la AIBA y eso llevó a la entidad madre a tomar esta decisión en pos de mantener a uno de los deportes más tradicionales de su agenda olímpica.