La Diamond League volvió a brillar. Lo hizo más allá de los diamantes que entregó. Lo hizo en Modo Duplantis. Sucedió en Zúrich. El garrochista sueco, pero que nació en Estados Unidos, se llevó uno de las 32 obras maestras de 4,8 kilogramos y 35 centímetros de altura, diseñada y producida por el joyero suizo Beyer. Además del diamante, el saltador de 21 años (10 de noviembre de 1999) embolsó un cheque de 25.000 euros.

Fue el último en saltar. En verdad, se quedó solo. Entre el público presente en el estadio y los atletas que ya no estaban compitiendo, animaron a Duplantis a intentar batir su propio récord del mundo de salto con pértiga (6,18 metros ). Claro, ya había ganado la prueba con 6,06 metros, tras apenas seis saltos, para dejar atrás al estadounidense y campeón mundial 2017 y 2019 Sam Kendricks, quien quedó en el segundo puesto con 5,93 metros.

Pero por 31ª vez en 12 competiciones pidió 6,19. Falló. Volvió a intentar. Falló. Insistió. Y falló definitivamente. Con poco y mucho a la vez demostró por qué vive y salta en otra dimensión. Lo suyo es “casi de un extraterrestre” , como dijo alguna vez Germán Chiaraviglio , el mejor saltador con garrocha de la Argentina. El mismo que viajó a Tokio 2020 y no pudo competir por contraer coronavirus.

La mentalidad de Duplantis es competitiva y abrasiva. Tanto que su inconformismo lo lleva, una y otra vez, a buscar romper lo que ya le es propio. Lo persigue para demostrar en cada presentación que el récord es siempre la excepción. Y buscarlo, su forma de mostrar su enorme grandeza.

”No podemos anticipar cuándo caerá un récord personal o un récord del mundo, se necesita una combinación de muchas cosas, tiene que ser un día perfecto, que haga calor, la energía del público. Pero para nosotros los pertiguistas el elemento más importante es el viento”, contó Duplantis a la agencia de noticias francesa AFP, unos días antes de competir.

Mondo ganó en los Juegos Olímpicos con una marca de 6,02 metros y fue escoltado el estadounidense Christopher Nielsen (segundo con 5,97 metros) y el brasileño Thiago Braz (campeón olímpico 2016, tercero con 5,87 metros). Su mejor marca del año fue 6,10 metros, lograda en Hengelo, Países Bajos, el 6 de junio pasado .

Nada parece detenerlo. O sí, por ahora, esos 6,19 que lo fascinan. Pero, él lo sabe, lo siente. Tarde o temprano logrará franquear ese listón para insistir con un centímetro más. Y luego, otro. Y otro, y otro, y otro. Duplantis, a los 21 años, no planifica otra cosa que seguir corriendo más fuerte esos 40 metros de la corredera para intentar saltar más alto, su única obsesión.