Alemania ha tocado fondo. Los germanos volvieron a quedar en deuda en un torneo internacional despidiéndose de Tokio de la peor manera posible. El empate con Costa de Marfil les dejó con solo dos unidades en un grupo donde eran más que favoritos para meterse en cuartos. La crisis de Die Mannschaft parece no tener fin.
Stefan Kuntz sabía que se jugaba la vida en los Juegos. Tras caer duramente con Brasil y acabar empatando con Arabia Saudí, los germanos afrontaban el choque con Costa de Marfil sin margen de error. La igualdad final demuestra que Hans Flick lo tendrá más que difícil a futuro en la mayor.
Los alemanes intentaron controlar el juego, pero a diferencia de otros pasajes en su aventura en Japón lejos estuvieron de poder hacerlo. El golpe por golpe tenía más que cómoda a una Costa de Marfil que sobrevivía el primer tiempo sin mayores apuros. Fieles a su juego rocoso y organizado, las amarillas a Kouamé y Keita en solo 20 minutos demostraban que los Elefantes estaban listos para la batalla.
El golpe final llegó con el gol en contra de Henrichs, quien intentó cazar un balón en frente de la portería y acabó mandándolo al fondo a falta de 24. Era todo o nada en Die Mannschaft , donde la ausencia de figuras se hizo evidente a lo largo del certamen. Si bien Lowen pudo empatar poco tiempo después, estaba claro que la noche terminaría de la misma manera que en las últimas decepciones germanas.
Premio para Costa de Marfil, que volvió a demostrar con Kessie, Bailly y compañía que esta lista para dar la batalla en las rondas finales. Haidara planteo otro encuentro inteligente que evidencia la madurez de un equipo sin complejos ni temor ante sus rivales. Alemania toca fondo en una crisis pocas veces vista en el fútbol germano.