La prohibición le dio paso a la militancia por su habilitación. Antes de Tokio 2020, la Fina -Federación Internacional de Natación- había decidido vetar la utilización de una gorra de baño que se venía desarrollando y con éxito desde hacía cuatro años y que estaba pensada para cabellos afro, con rastas o trenzas.
Ahora, tras los reclamos y el análisis de la situación, y ya en un nuevo ciclo olímpico con la mirada depositada en París 2024, la FINA aprobó finalmente su uso, lo que convierte a la natación en un deporte algo más inclusivo que ayer.
Esta gorra creada por Soul Cup no traía ningún beneficio adicional con su uso, pero según la FINA "no seguía la forma natural de la cabeza". Criticados por varios sectores, realizaron una revisión y le pidieron a la empresa que vuelva a solicitar la aprobación, algo que finalmente recibió el 1° de septiembre.
"Durante mucho tiempo, los gorros de natación convencionales han sido un obstáculo para los nadadores con cabello grueso, rizado o con mucho volumen. No siempre pueden encontrar una gorra que se adapte a su tipo de cabello, y eso a menudo significa que los nadadores de algunos orígenes terminan evitando las competencias o abandonando el deporte por completo. "Queremos que la natación se convierta en un deporte accesible, con equipos y trajes de baño que permitan a cualquiera involucrarse y alcanzar el éxito", explicó Soul Cup en un comunicado.
Su embajadora principal es Alice Dearing, primera nadadora olímpica negra de Gran Bretaña, quien en los Juegos Olímpicos pasados no pudo utilizar su gorra.
"Promover la diversidad y la inclusión está en el corazón del trabajo de FINA, y es muy importante que todos los atletas acuáticos tengan acceso a los trajes de baño adecuados", dijo dijo el director ejecutivo de la FINA, Brent Nowicki, citado por Reuters.
Según cuenta el sitio especializado Rainwatch, el origen de estas gorras se encuentra en la decisión de Michael Chapman Y Toks Ahmed, cuando practicaban natación y conocieron a una mujer negra con cabello afro que estaba luchando con el tamaño de su gorra, lo que les hizo pensar en la falta de representación afroamericana en este deporte. Justamente, uno de los limitantes era este elemento obligatorio.
Lanzaron el producto en 2017, el cual tuvo mucha aceptación. Pero luego de pedir que se pueda usar en los Juegos Olímpicos, siguieron trabajando. Ahora es una realidad.