“Ya no tengo miedo de contar mi historia. Yo también soy una de los muchas sobrevivientes del abusador sexual Larry Nassar”, escribió Simone Biles en enero pasado en su cuenta de Twitter. Para ella, esos abusos del pasado tienen vínculo directo con los problemas que padeció en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y que la llevaron a retirarse de la final por equipos y posteriormente del all-around individual.
Por eso, Biles junto con McKayla Maroney, Maggie Nichols y Aly Raisman testificarán este miércoles en persona en la audiencia del Comité Judicial del Senado sobre Larry Nassar, ex médico del equipo nacional de gimnasia de Estados Unidos y osteópata de la Universidad Estatal de Míchigan.
De acuerdo a un informe condenatorio del inspector general del Departamento de Justicia, Michael Horowitz, la oficina de campo de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) en Indianápolis cometió varios “errores fundamentales” en rel desarrollo de su investigación sobre Nassar. Allí se expresa que el FBI “no respondió a las acusaciones de Nassar con la mayor seriedad y urgencia que merecían y requerían”, para concluir que los fallos en la investigación permitieron que Nassar pudiese continuar con su abuso sexual durante mucho tiempo generando más oportunidades para que este siniestro médico continuara con el acoso y abuso sobre tantas deportistas.
Protagonista central del escándalo que sacudió los cimientos del deporte olímpico estadounidense a pocos días del final de los Juegos Olímpicos de Río 2016, la vida para este depredador está juzgada. Nassar fue acusado por alrededor de 260 personas de abuso bajo la apariencia de tratamiento médico.
Por ello fue condenado el 7 de diciembre de 2017 a 60 años de prisión federal por cargos de pornografía infantil. Además, fue sentenciado el 24 de enero de 2018 a cumplir hasta 175 años en la prisión estatal de Michigan tras declararse culpable de siete cargos de conducta sexual criminal.