El sábado el mundo vio la reacción de Novak Djokovic al perder el partido por la medalla de bronce del cuadro de individuales masculinos de Tokio 2020. El serbio arrojó la raqueta con violencia al ser derrotado y posteriormente no se presentó al partido de dobles mixto en el cual estaba en juego el tercer lugar, por una supuesta lesión. Este domingo se vivió otra reacción similar en los Juegos Olímpicos.
Por los cuartos de final de la categoría super pesado masculino (+91 kilos), el francés Mourad Aliev fue descalificado en el cierre del segundo round porque el árbitro consideró que estaba golpeando a su rival, Frazer Clarke, con cabezazos intencionales.
El británico sufrió cortes en su rostro a causa del brusco juego con su cabeza y la reacción de Aliev tras la decisión arbitral fue ir hacia la cámara que estaba al costado de ring, golpearla y gritar moviendo su dedo índice hacia los costados “No, no. Gané yo“.
El francés no se tomó nada bien la descalificación por uso excesivo de su cabeza y procedió a protestar sentándose en el lado exterior del ring, apoyándose sobre las cuerdas. Su equipo lo acompañó por momentos, aunque estuvo en esa situación por más de media hora. Así, Clarke se metió en las semifinales de la categoría y se aseguró al menos una medalla de bronce.