Lawrence Peter Berra, más conocido por ser llamado “Yogi” Berra, nació en 1925 en Missouri (Estados Unidos). Hijo de padres italianos y el cuarto hermano de una familia compuesta por cinco hijos. Su amor por el beisbol siempre fue más grande que su vocación por los estudios.

El deporte que, todos los días, volvía loco a Berra sería su máxima aspiración: dedicarse de lleno a una disciplina atrapante que se adueñó de su vida. Por eso, con casi 18 años, entró a su primer equipo de béisbol: los Cardigans de San Luis, equipo en el que duraría muy poco debido que los New York Yankees se apoderaron del pase del joven jugador por un total de 500 dólares.

La apuesta que tenían los Yankees por Berra era muy grande. Ya con 18 años cumplidos y ante la previa de debutar en el equipo, el estadounidense se unió a en la marina de Estados Unidos. De esta forma, de estar agarrando un bate todos los días, pasó a estar sosteniendo un arma para defender a sus compañeros, a él mismo y a su país.

Estuvo en la Segunda Guerra Mundial y participó en el Desembarco de Normandía (donde ofició de artillero de apoyo de la nave de desembarco) que tuvo su comienzo el 6 de junio de 1944 (también conocido como el “Día D”). Además, pudo sobrevivir a la matanza de Omaha (playa que estaba situada en la costa norte de Francia, frente al Canal de la Mancha).

Después de vivir meses infernales y con la duda que rondaba en cada día si volvería a ver a sus familiares otra vez o si tendría que esperar más tiempo para encontrarse con sus hermanos y padres, Berra regresó a Nueva York en 1945 para retomar su vida cotidiana.

Yogi Berra, ídolo de grandes pero, sobre todo, de los chicos

Dejar las armas y agarrar el bate:

Ya insertado en su casa, Yogi retomó el beisbol y en 1946 pudo debutar con los New York Yankees, para que luego de tres años de aprendizaje y rodaje en las canchas afianzarse como receptor titular.

Berra se caracterizaba por ser un receptor que le gustaba hablar adentro del campo. Conversaba con asidua frecuencia con los bateadores. No eran los únicos con los que Yogi dialogaba.

También tenía una excelente comunicación con los lanzadores. Ese era su temperamento, ser locuaz y decidido.

Para muchos, un “bonachón” que siempre quería ganar, pero que no se olvidaba de que se trataba de una mera contienda deportiva. Y lo hacía con argumentos sólidos y lógicos.

Tanto que se hizo conocido por sus frases divertidas y famosas, conocidas como "yogismos", quecon frecuencia, presentaban una sabiduría inesperada e ingeniosa.

Yogismo, una cultura en sí misma:

Su apodo Yogi surgió por su manera de sentarse como un profesor de yoga se convirtió en una revolución para el deporte del bate, la pelota y las bases que trascendió las barreras del diamante.

Berra tenía una manera propia de ver la vida a través del deporte y viceversa. A pesar de que, según decía, “esto no se acaba, hasta que se acaba", la vida del famoso cátcher de los Yankees y manager también de los Mets y los Houston, se terminó a los 90 años, el 22 de septiembre, dejó un gran legado de anécdotas y frases que lo elevaron a pedestal de los mejores.

Jugaba con más cabeza que con físico. La explicación no es otra que su pequeño tamaño 1,73 metros) y para él el beisbol “90 % mental y el 10% físico”.

 

 

 

Yankees, una carrera espléndida:

Con los Yankees, Berra logró edificar una carrera fructífera. Tan brillante fue su etapa que allí lo eligieron tres veces como jugador más valioso de la Liga Americana (1951, 1954 y 1955). Además, tuvo diez World Series Championship (1947, 1949, 1950, 1951, 1952, 1953, 1956, 1958, 1961 y1962) y 18 veces estuvo seleccionado para el juego de las estrellas.

Todos esos logros los consiguió con el que se volvería el equipo de sus sueños más profundos y deseados.  él sería el jugador que todo equipo sueña con tener en su plantel. Desde su llegada en la temporada que haría su debut (1946) hasta su salida del equipo ya en la edición de 1963, Yogi dejó un legado enorme en los Yankees.

En sus 17 temporadas en el equipo, Yogi fue una de las piezas claves para llegar a las 14 finales que jugaron los New York Yankees en ese período de tiempo:

  1. 1947: New York Yankees (4) vs. Brooklyn Dodgers (3)
  2. 1949: New York Yankees (4) vs. Brooklyn Dodgers (1)
  3. 1950: New York Yankees (4) vs. Philadelphia Phillies (0)
  4. 1951: New York Yankees (4) vs. New York Giants (2)
  5. 1952: New York Yankees (4) vs. Brooklyn Dodgers (3)
  6. 1953: New York Yankees (4) vs. Brooklyn Dodgers (2)
  7. 1955: Brooklyn Dodgers (4) vs. New York Yankees (3)
  8. 1956: New York Yankees (4) vs. Brooklyn Dodgers (3)
  9. 1957: Milwaukee Braves (4) vs. New York Yankees (3)
  10. 1958: New York Yankees (4) vs. Milwaukee Braves (3)
  11. 1960: Pittsburgh Pirates (4) vs. New York Yankees (3)
  12. 1961: New York Yankees (4) vs.Cincinnati Reds (1)
  13. 1962: New York Yankees (4) vs. San Francisco Giants (3)
  14. 1963: Los Angeles Dodgers (4) vs. New York Yankees (0)

El comienzo de una nueva etapa:

En 1964 se convirtió en mánager de los Yankees. Con este nuevo cargo en su carrera, logró ganar la Liga Americana, pero perdió la Serie Mundial contra los Cardenales de San Luis por 4-3.

En la temporada de 1965 volvió a las canchas, pero como nuevo jugador de los New York Mets. Los Mets serían el último equipo de Yogi, en esa temporada el estadounidense le pondría fin a su carrera como jugador, pero no se desligaría del deporte de su vida.

Berra sirvió como entrenador y mánager de los Yankees, y tener también un paso como entrenador en los Mets y los Astros de Houston. Cuando estaba al mando de los equipos de Nueva York, pudo lograr que sumen numerosos títulos, aumentando de esta forma su leyenda en la historia de la MLB.

Pero hubo un acontecimiento que le provocó a Yogi tener problemas en su paraíso, cuando en la temporada de 1985 fue despido como mánager de los Yankees por una pelea con George Steinbrenner (dueño del equipo). Solamente había disputado 16 juegos en esa edición.

A través de este enfrentamiento, Berra prometió nunca volver al estadio mientras Steinbrenner siguiera estando como propietario del club. Promesa que se rompió en 1999, el estadounidense de padres italianos hizo el lanzamiento de honor en el primer juego de la temporada. Un final feliz para una historia de una persona y un club que estaban destinados a estar juntos.

Yogo Berra trascendió generaciones

El adiós a una leyenda:

El 22 de septiembre de 2015, Lawrence Peter Berra falleció por causas naturales en su casa de Nueva Jersey. "Aunque lloramos la pérdida de nuestro padre, abuelo y bisabuelo, sabemos que está en paz con Mamá. Celebramos su reseñable vida, y damos gracias por que significara tanto para para tantos. En verdad se le extrañará", expresó la familia de Berra en un comunicado difundido por a través del Museo Yogi Berra.

"Siempre voy a los entierros de los demás, porque de lo contrario nadie vendrá al mío", declaró en más de una oportunidad. Y al suyo, claro, asistieron familiares, celebridades y el público que lo amó. Y un guante oro quedó puesto en el altar como muestra de la importancia que su figura irradió.

Yogi Berra en modo estampilla

El estadounidense, una verdadera leyenda, ingresó al Hall of Fame en 1972 y tuvo el reconocimiento ese mismo año para que retiren su número en los New York Yankees.

Por eso, su legado traspasó las barreras del propio deporte y se asentó, ahora seguirá siendo recordado por todos los seguidores no solo del beisbol, sino del deporte.

Incluso será recordado también por los jóvenes y no tan jóvenes que miran caricaturas, ya que fue el que dio nombre al famoso Oso Yogui. Los amantes de su historia mirarán a esta caricatura con un amor diferente cada vez que vean al Oso Yogui, o mejor dicho Yogi Berra. Yogi Bear (o el Oso Yogi) recibió su nombre en honor a Berra, como parte de un juego de palabras en inglés.

Frases que quedarán para el recuerdo:

Yogi no sólo dejó títulos, recuerdos de grandes juegos, también dejó frases que sólo a una persona como lo fue Berra se le pueden ocurrir. Muchas de estas son insólitas, pensativas, graciosas y demás:

  • “Si no puedes imitarle, no le copies”.
  • “Cortá la pizza en cuatro pedazos, no tengo tanta hambre como para comerme seis”.
  • “Esto no se acaba hasta que se acaba”.
  • “El béisbol es cuestión de cerebro en un 90 por ciento, la otra mitad es esfuerzo físico”.
  • “He estado con los Yankees 17 años, viendo juegos y aprendiendo. Puedes ver mucho observando".
  • “Ya nadie va a ese sitio, hay demasiada gente”.
  • “Se hace tarde muy temprano”.
  • "Un centavo ya no vale un centavo".
  • “Hay que ir a los funerales de los demás, si no, no vendrán al tuyo”.
  • “Nunca hay que responder una carta anónima”.
  • “El futuro no es lo que solía ser”.
  • “Hemos cometido demasiados errores incorrectos”.
  • “Cuando llegues a una encrucijada en la carretera, sigue recto”.
  • “No se acaba hasta que se acaba”.
  • “Yo no he dicho todo lo que he dicho”.
  • “Es un déjà vu que se repite todo el rato”.