"Espero que mi testimonio sirva también para que otras mujeres que sufren o han sufrido algún tipo de abuso o violencia rompan el silencio, alcen la voz y denuncien a sus agresores". Son tres páginas, publicadas en redes sociales, las que detallan los padecimientos que vivió la brasileña Giovana Queiroz Costa en el Barcelona FC. El club multicampeón y con la dueña del Balón de Oro en sus filas recibió una dura cachetada y una alerta sobre cómo son algunos manejos en la interna del equipo.

Gio es una delantera nacida en San Pablo y llegó al Barcelona proveniente del Madrid CFF, donde estuvo desde la temporada 2019. Llegó en el 2020 al Barcelona y este año, después de toda la mala experiencia que detalla en su carta, abandonó el exitoso equipo para llegar al Levante, también de la Primera Iberdrola. Desde allí es que decidió hacer público todo lo que le sucedió en el blaugrana.

A horas de que se juege el clásico ante el Real Madrid y a estadio repleto, Gio asegura que todas las pruebas de su denuncia fueron presentadas a la Junta Directiva. Asegura que las presiones comenzaron cuando recibió la primera citación para jugar en la selección brasileña: relata que recibió presiones para no ser parte y en ssu relato incluya un confinamiento ilegal al que fue sometida, según dice, para no poder viajar con su equipo nacional. 

Con Messi, uno de sus referentes junto con Marta.

La jugadora paulista es un caso particular: en su corta carrera ya disputó partidos con lass camisetas de tres selecciones. Primero, la del país en el que residía de pequeña: Estados Unidos. Lo hizo en un Torneo de Desarrollo de la UEFA en mayo de 2019 y dos amistosos más; má en septiembre de 2019 fue convocada por España para jugar el Torneo de Exentos sub-17 (ya estaba instalada allí y jugaba en la cantera del Atlético de Madrid) y luego fue Brasil quien la tuvo en cuenta para la Sub 17, su país de origen. Tras la pandemia, Gio fue citada para la absoluta brasileña y allí comenzaron los problemas.

Me encerraron ilegalmente y no pude salir de casa. No podía entrenar ni tener una rutina normal. Estaba devastada. Esa arbitrariedad supuso no viajar con el equipo a la final de la Copa de la Reina”, dice la carta. Pero fue sólo el comienzo. Sin entrar en detalles, que asegura están en manos de la directiva con pruebas y victimarios identificados, cuenta que la apartaron del equipo y comenzó una persecusión.

Ahora es jugadora del Levante.

"Volví a casa completamente destrozada. Lloré muchas veces. Sentí un enorme vacío. No tenía fuerza para luchar por mis derechos. A partir de ese momento, mi vida cambió para siempre. Estuve completamente expuesta a situaciones humillantes y vergonzosas durante meses dentro del club. Estaba claro que él buscaba destruir mi reputación, minar mi autoestima, degradar mis condiciones laborales y menospreciar e infravalorar mis condiciones psicológicas", relata la jugadora de apenas 18 años.

"Con el paso del tiempo, el abuso y la violencia psicológica se hicieron más intensos y destructivos. (Las pruebas son parte de la denuncia)". Su primer paso fue hacer esta carta abierta y pedirle al club que ahora investigue todo lo ocurrido.

Con la selección brasileña.

"Espero que el Barcelona cumpla con su papel institucional y actúe de manera consecuente y transparente, investigando y denunciando los posibles delitos a las autoridades pertinentes. También deseo que el club, a través de su presidente, se comprometa a implementar medidas efectivas para combatir el problema evidente y bien documentado del abuso moral, el acoso laboral y la violencia psicológica contra las mujeres", cierra.