Su lanzamiento fue una de las grandes noticias para el fútbol femenino español. Sin embargo, ya desde el comienzo, la Liga F debió superar varios conflictos. Apenas comenzó, fue la huelga de colegiadas lo que frenó un inicio feliz. Y en el final, el conflicto entre la organización y los sindicatos que buscan cerrar un convenio colectivo favorable para las protagonistas.
Con el Barcelona campeón varias fechas antes en el primer torneo profesional de fútbol femenino en España, para la última jornada el foco estuvo puesto en las protestas: la foto de los equipos tapándose con la mano el logo de la Liga F. ¿Cuál es el reclamo? Que se renueve el acuerdo de salarios de aquí a las próximas temporadas con una mejora sustancial para las jugadoras. Pero la organización asegura que los números propuestos alcanzan la totalidad del dinero que reciben por ingresos comerciales e audiovisuales.
El pedido
El convenio vigente, que fue aprobado en 2020 (con vigencia desde el 1° de julio de 2019), tardó 18 meses en aprobarse y se extinguirá a partir del 30 de junio, ya que no fue prorrogado. Desde febrero que se negocia para mejorar, poniendo el énfasis en los salarios: el mínimo establecido es de 16.000 euros por año. Por un lado la Liga F y por el otro los cinco sindicatos (FutPro, AFE, FustbolistasON, Comisiones Obreras y UGT).
Los sindicatos presentaron una queja en conjunto, planteando la necesidad de alcanzar un salario final de 30.000 euros anuales para la temporada 24/25. Según explican, la patronal recibirá en el próximo lustro un total de 35 millones por derechos televisivos, y 42 millones de activos comerciales, además de las cifras que recibe del Consejos Superior de Deportes (22.5).
La respuesta
En un comunicado expuesto en sus redes sociales, la Liga F asegura que la propuesta oficial presentada por la patronal “incrementa en más de un 30% las condiciones mínimas del anterior convenio”, además de aceptar la eliminación de la parcialidad (jornada laboral al 75%) y el carácter retroactivo para la temporada 2022/23. Esto significa un incremento de 500 euros para la temporada siguiente, un sueldo anual de 17.500 para la 23/24 y un total de 19.000 para la 24/25.
“La propuesta de salario mínimo planteada por los sindicatos supondría un importe global de más de 70 millones de euros para los próximos 5 años. Esto es (…) la práctica totalidad de los ingresos comerciales y audiovisuales previstos sean destinados de forma íntegra a cubrir los costes salariales (…). Así, los sindicatos parecen no entender que, además de los salarios, existen otros gastos muy importantes que forman parte de la actividad del Club (desplazamientos, cuerpos técnicos, servicios médicos, etc.) y que también deben ser asumidos con estos ingresos”, expresan en el comunicado.
“Las jugadoras manifiestan su total y absoluto rechazo a la propuesta realizada por la Liga F. Ellas son las verdaderas protagonistas y deben tener un sueldo que les permita vivir de esta profesión dignamente”. Y luego llegó la protesta que se realizó en varios partidos de la última jornada del torneo.
El cierre de la Liga
Con el título en el bolsillo y con la alegría de ver marcar una vez más a Alexia Putellas luego de su lesión, el Barcelona cayó luego de 719 días ante el Madrid CFF por 2 a 1. En la última jornada, además, se definió el descenso de Alhama y Alavés a la Segunda. Eibar será uno de los equipos que se sume a la Primera en la temporada que viene y aún resta conocerse quién será el segundo, algo que estará entre Deportivo de la Coruña, Cacereño, Osasuna y Granada.