La Superliga de Clubes ha plantado por primera vez ante los organismos políticos más fuertes del continente. En una carta dirigida por parte de los emisarios de Real Madrid, Juventus y Barcelona a la Unión Europea, los gigantes defendieron su proyectos ante los diputados mientras atacaban a la UEFA.

Todo el mundo el fútbol espera por el devenir de una batalla que cambiará el futuro de este deporte sin importar cual sea su resultado. Florentino Pérez, Joan Laporta y Andrea Agnelli están decididos a dar guerra hasta al final contra Aleksander Ceferin y compañía, quienes se escudarán en las instituciones públicas para defender el modelo que todavía resiste a la Superliga.

La carta de los emisarios

"En ningún momento los clubes participantes rompieron ninguna regla de la FIFA, UEFA o liga doméstica y todos los clubes siguieron comprometidos a jugar en sus respectivas ligas domésticas", afirman en la carta los enviados por la Superliga Anas Laghrari y John Hahn ante los disputados de la Eurocámara.

Palos a Ceferin: “Estamos contractualmente sujetos a ser compatible con que las ligas y entes como UEFA o FIFA, quienes rechazaron entablar cualquier diálogo. La primera se ha establecido a sí misma como el operador del monopolio de las competiciones transfronterizas de clubes de fútbol y como la única entidad capaz de aprobar la entrada de nuevos participantes en el mismo mercado que domina".

"No hay otros mercados en la UE en los que podría autorizarse al regulador a ser también el único operador dominante y controlador de las entradas. Los conflictos de interés son obvios como lo es la incompatibilidad con la ley europea de competencia” , terminaban en ese deseo de conseguir que la Unión Europea entre de lleno en las cuentas de la UEFA a futuro.

¿Qué sigue aquí? Si bien habrá que esperar por nuevas intervenciones en el ente regulador del viejo continente, medios como MARCA aseguran que la Comisión Europea ha rechazado en primera medida las palabras de una Superliga a la que cuestionan no solo sus fines, sino los medios y presiones para conseguir estas. Continúa la batalla para hacerse con el control del fútbol europeo.