Luego de lo que fue la consagración de Sevilla en la Europa League, la UEFA iba a entregar este miércoles un nuevo trofeo continental. En el Fortuna Arena, de República Checa, Fiorentina y West Ham chocaban por la final de la Conference League, en su segunda edición.
Miles de fanáticos italianos e ingleses viajaron a Praga para vivir el espectáculo en el estadio y fueron protagonistas de un duelo caliente. En parte, porque desde las mismas tribunas participaron, de forma lamentable, de la definición entre estos dos combinados.
A lo largo de toda la primera parte, los hinchas del equipo londinense arrojaron objetos desde las gradas. Cristiano Biraghi terminó llevándose la peor parte cuando se acercó a una esquina para tirar un centro al área a los 33 minutos de la primera mitad.
Al capitán del elenco viola y a la asistente le cayeron decenas de vasos, con uno de ellos impactando con precisión en Biraghi. Con aplausos sarcásticos hacia la tribuna, el lateral se retiró de aquella esquina y luego fue atendido por la fuerte hemorragia que brotaba de su nuca.