Boca no es Franco Colapinto, no puede estar entre los 10 primeros, tiene que ser campeón, tiene que ganar las carreras. El joven piloto está haciendo historia en la Fórmula 1, es un crack y nos colgamos sus banderas con sus actuaciones, pero Boca tiene que aspirar a más. Está buenísimo ganar en hockey y hacer un hotel, pero el Xeneize debe ganar y ser campeón.
De acá a fin de año, el equipo de Diego Martínez se juega todo. Ya en la Liga Profesional está a 9 del líder, Vélez, pero debe sumar la mayor cantidad de puntos posibles para subir en la Tabla Anual y clasificarse a la próxima Copa Libertadores. Van 28 partidos de temporada y el Xeneize, por ahora está afuera, otra vez.
El otro camino es el de la Copa Argentina, en donde debe superar a Gimnasia en cuartos y así soñar con una nueva estrella para también clasificarse a la Libertadores 2025.
¿Cómo lo veo a Riquelme? Atado de pies y manos. Un Riquelme auténtico colgaría a Pol Fernández, pero no puede porque sabe que el costo político lo pagaría él. Un Riquelme auténtico echaría a Diego Martínez, pero no lo hace porque asumiría un error suyo en haber ido a buscar a este DT.
Boca no puede solucionar que sus referentes lo dejan a gamba demasiado seguido. Si no es Edinson Cavani, es Marco Rojo, ahora son Luis Advíncula y Gary Medel…
La discusión de la semana del Superclásico será si el arquero debe ser Chiquito Romero, responsable en la derrota con Racing, o el joven Leandro Brey. Para mí, hay que respaldar a Chiquito.
Y para el final, un mensaje para los detractores de Gustavo Costas en Racing que van a tener que seguir esperando para verlo besar la lona. El DT sigue vivo y con Cambeses en el arco, mirá el destino, y ganó el clásico con Boca con un gol bien a la colombiana, de Juanfer Quintero para Roger Martínez.