El arranque de la Champions League con su flamante formato contó con la visita especial de Michael Jordan. Su Majestad estuvo en Mónaco para el encuentro en el que los locales vencieron de forma sorpresiva a Barcelona por 2-1 en la primera jornada de la fase de liga.
La presencia de una figura de esta talla siempre es llamativo para los fanáticos, pero hubo un detalle que preocupó a todos los seguidores de la leyenda de Chicago Bulls. Las imágenes de Jordan en el estadio lo mostraron con una coloración amarilla en sus ojos.
Sus fanáticos temieron por su salud al ver así a su ídolo, algo que ya ocurrió en oportunidades anteriores. El miembro del Salón de la Fama de la NBA se mostró de la misma manera en el documental The Last Dance, dónde se especuló con que estuviera sufriendo alguna enfermedad hepática o similar.
Sin embargo, uno de sus amigos se encargó de desmentir esta versiones en declaraciones a The Daily Mail esta semana: “Mike está bien. Va al médico con regularidad y no hay de qué preocuparse. Las imágenes recientes no deberían causar preocupación“.
Y agregó: “No tiene ningún problema. Como a cualquier otra persona, un poco más de ejercicio le vendría bien, pero Mike disfruta de la vida y no tiene problemas de salud“.
Además, aprovechó para enviar un mensaje a los fanáticos en nombre de Jordan: “Él aprecia la preocupación de los fans, pero está un poco avergonzado por cómo lo ve la gente. No quiere que lo recuerden como alguien enfermo o indispuesto. La próxima vez que la gente lo vea, se verá mucho mejor“.
El legado de Michael Jordan en la NBA
El nacido en Nueva York se convirtió en una leyenda de Chicago y todo el básquetbol al ganar 6 anillos con los Bulls, con MVP de las Finales en todos aquellos títulos, sin perder ninguna definición. Conquistó también 5 veces el MVP de la temporada regular y promedió más de 33 puntos en Playoffs a lo largo de toda su carrera. Se retiró en 2003 con la camiseta de Washington Wizards.