Su vida cambió para siempre. Exequiel, el pibe que caminaba por las calles de Santiago del Estero con su abuela Elsa, pronto podrá llevarla al paseo de Famaillá a ver cómo su estatua estará justo al lado de la de Lionel Messi. Hoy puede inflar el pecho y decir que es el primer tucumano en saber cuánto pesa la del Mundo. Y hoy, más que nunca, apela a los suyos para bajar a tierra. Para seguir por su camino. Para soñar con más. Mientras, disfruta a pleno su momento.
Por todo ello, desde Alemania, sin levantar el tono de voz yantes de la práctica vespertina del Bayern Leverkusen, Exequiel Palacios se sentó frente a lacámarapara atender de manera virtuala Bolavip y otros medios de la Argentina.Y así, con su ritmo cansino del interior y la humildad que lo caracteriza, pasó por muchos temas:elcariño de la gente en River, la comparación con el público europeo, sus objetivos tras ser campeón del mundo en Qatar, elpedido especial para Lionel Messi y más. ¡Imperdible!
“El fútbol acá es diferente, más rápido y más físico. La verdad es que me costó adaptarme un poco en el comienzo, tampoco me ayudaron mucho algunas lesiones”, confesó el volante que supo romperla en River y poco a poco se adapta a la Bundesliga. Aunque claro, hay algo que extraña por sobre todas las cosas: la gente.
-Hablaste de las dificultades de un fútbol más físico y rápido, pero ¿cómo te llevas con la gente en el día a día? ¿Cómo es la vida de Exequiel Palacios en la calle? ¿Cómo es ir al Supermercado? ¿Hay muchas diferencias con estar en Argentina y ser jugador de River?
-Tranquilo. Acá en Europa se vive de otra manera. La gente en Sudamérica es más apasionada, estar en Argentina es diferente. Acá hay un Exequiel Palacios tranquilo, que llega de entrenar y está con la familia. Charla, mantiene el perfil bajo y trato de no llamar tanto la atención. Y la verdad es que cuando uno sale a comer con la familia o amigos pasa desapercibido. Acá en Europa es normal eso, pero un poco se extraña a veces el cariño de la gente de Sudamérica. Lo viven con una pasión… Esa alegría nos caracteriza a los argentinos.
-Saliendo de Alemania, quiero llevarte a la final contra Francia. Uno tuvo la sensación desde afuera que el partido en todo momento estaba controlado,¿cómo era el clima del vestuario en el entretiempo? ¿Qué dijo Messi, qué aportó Scaloni? ¿Cómo lo viviste vos desde adentro?
-Lógicamente era una final. Sabíamos que teníamos que estar atentos en todo momento, ellos tenían jugadores muy rápidos y la verdad es que el equipo desde el primer minuto hasta el minuto 75 manejó el partido. Y bueno, después jugás contra un rival que tiene buenos jugadores, pero creo que dominamos todo el partido. El equipo estaba muy fuerte en todas las líneas, no merecíamos sufir tanto hasta los penales porque habíamos hecho un gran partido. Pero bueno, coronamos con ese sufrimiento y le dio el gustito para poder celebrarlo aún más.
Luego, respondiendo a la consulta de un colega de Diario Clarín, Palacios confesó que quiere seguir compartiendo cancha con el 10: “De mi parte, que se quede de por vida en la Selección. A nosotros y al fútbol le genera muchas cosas. Es el mejor del Mundo y me siento un privilegiado de poder compartir cancha con él. Nunca te deja de sorprender lo que hace en cada minuto que juega. Tenerlo de nuestro lado es increíble”.
-Marcelo Gallardo dijo “ya no hay más nada” después de la victoria de River en Madrid y vos después de esa Libertadores fuiste campeón del Mundo con 24 años. ¿Qué objetivos te ponés para adelante? ¿Qué sería para vos volver a tocar el cielo con las manos?
-Seguir intentando. Mi cabeza ya hizo el click. Obviamente es duro porque lo que se logró es muy grande y uno siempre va a convivir con eso. Pero bueno, hoy me toca estar acá en el Leverkusen y mi cabeza está acá. Me estoy preparando semana a semana para llegar de la mejor manera al comienzo de la Bundesliga. Tengo que demostrar que estoy a la altura de Europa.