Ya hacia un tiempo que un pibe, al que apodaban Pelusa, la venía rompiendo en las juveniles de Argentinos Juniors. Incluso, los del Bicho afirman que la gente se acercaba a verlo tirar caños y gambetas a pesar de ser un simple partido de inferiores. Todos estos rumores, elogios y comentarios sobre un joven Diego Maradona se terminarían de confirmar con el tiempo.
Con un calor agobiante, el debut del Diego en Argentinos se dio en la tarde de un 20 de octubre hace exactamente 45 años. Un dato que echa por tierra a todos aquellos que afirman haber estado en cancha ya que en el estadio había muy poco público, algo lógico teniendo en cuenta que era plena jornada laboral.
Por un partido correspondiente al recordado Nacional, Maradona saltó al campo de juego promediando el segundo tiempo para tratar dar vuelta el resultado 0-1 ante el Talleres de Adolfo Pedernera que causaba sensación. Sin embargo, y aunque jugó muy bien, Argentinos no pudo hacer nada y terminó perdiendo aquel partido.
Con apenas 15 años, y a solo diez días de cumplir los 16, a la hora de su debut, Diego ya tenía mucha presión sobre los hombros; según contó unos años después, Carlos Montes, DT de Argentinos, lo llamó para entrar y le dijo “Vaya y juegue como usted sabe pibe. Y si puede, tire un caño”. Palabras que adelantaban la confianza que existía sobre él sin importar su edad.
Sin embargo, Maradona pudo cumplirle el deseo a Montes y si bien no dio vuelta el resultado, si tiro un caño a Juan Domingo Cabrera, defensor de Talleres. Acá podría decirse que nació el segundo mito de aquella tarde histórica: muchos afirmaban que este lujo se dio en la primera pelota que Maradona toca, algo que el propio Diez se encargó de corregir en el 2001: “Habrá sido la tercera, la primer jugada fue un pique que se me fue larga y no llegue”.
Aquella tarde, con el 16 en la espalda, Diego Armando Maradona comenzaría una carrera que terminaría de consagrarlo en Napoli y en la Selección Argentina. Una trayectoria que los mitos de este partido que ocurrió 45 años grafican perfectamente. Una historia, un hecho, una vida que nadie quiere perderse y por eso todos estuvieron ahí; contemplando el origen de la leyenda.