Un año más para el Maratón de Buenos Aires. Pasaron 37 ediciones desde 1984, cuando 15 pioneros abrieron el interminable grifo para que una carrera se conslidara entre las más importantes del conosur. Y nuevamente los atletas de la frondosa e inagotable Legión africana, principalmente keniatas, establecieron su supremacia en el Maratón de Buenos Aires para darle un gran nivel técnico a la prueba, la más convocante (8.854 inscriptos) y la más veloz en el ambiente latinoamericano.
Como parte del circuito internacional de World Athletics, con categoría de “Label Race”, los 42k de Buenos Aires se desarrollaron sobre un circuito con algunas modificaciones –debido a las obras en la zona de San Telmo- pero que fue certificado y que no resultó, en líneas generales, más duro que el habitual por el viento y la humedad reinantes en la Ciudad.
Con una agradable temperatura sobre los 16°C al momento de la largada, corredores de elite –entre los cuales hubo sorpresas en el lado argentino- como los “populares” le dieron fervor y color al Maratón salieron a cubrir el trayecto de 42,195km que iba desde Núñez hasta el sur de la Ciudad, para emprender posteriormente el retorno.
Victor Kiprchirchir, con 2h07m05s, se quedó con la 37° Maratón de Buenos Aires (Foto Run)
Los atletas keniatas, impulsados por las “liebres” de su país (John Kipkoech y Viktor Kiplimo, quien terminó la prueba) marcaron un ritmo fuerte, atravesando el medio maratón en 1h02m49s. En el grupo siguiente, el argentino Eulalio Muñoz era el que indicaba el paso, de acuerdo a sus antecedentes y su confianza siempre positiva. Pero, al ir demasiado fuerte en ese ritmo, declinó su accionar y fue sobrepasado por tres compatriotas pasado el kilómetro 25.
Victor Kiprchirchir, de 35 años, se impuso a partir del km 30 y terminó en un excelente tiempo de 2h07m05s, que es uno de los mejores en el historial de esta carrera (cuyo récord es de 2h05m a manos del keniata Evans Kiplagat Chebet). Su compatriota Edwin Kibet Kiptoo consiguió su mejor marca personal de 2h09m29s para obtener el segundo puesto y Viktor Kiplimo completó el podio con 2h11m41s. El chileno Hugo Catrileo fue cuarto con 2h13m44s y quinto llegó otro keniata, Philemon Kibet, con 2h14m16s en su debut en la distancia.
De allí en más fue el turno de los argentinos con la gran sorpresa que dio José Félix Sánchez. Un hombre que trajina tanto las pruebas de pista como calle, y que se preparó en la altitud de Cachi, Salta, en las últimas semanas, mejoró casi en casi diez minutos su antecedente en maratón para lograr el sexto puesto –y el mejor de los locales- con 2h16m50s, seguido por Martín Méndez, quien ratificó su calidad con 2h17m17s y el ascendente jujeño Miguel Maza con 2h17m30s. Luego llegó David Rodríguez (campeón argentino 2020) con 2h18m32s. El brasileño Samuel Souza do Nascimento fue 10° con 2h18m33s y Eulalio Muñoz, 11° con 2h21m03s.
Largada del Maratón de Buenos Aires (Foto Run)
También en damas el grupo de africanas impuso su ley. Rodah Jepkorir Tanui, quien ya había triunfado en 2019 con récord del circuito -2h25m46s-, volvió a vencer ahora con 2h26m50s, cerca de su registro, delante de la etíope Kasu Bitew Lemeneh con 2h27m57s, completando el podio Sharon Jemutai Cherop, con 2h28m53s.
Cuarta fue otra keniata, Emily Chebet Kipchumba con 2h29m47s. En el quinto puesto y como mejor argentina llegó la revelación del atletismo de fondo de la temporada, Xoana Zurita, con 2h46m44s, que, en el podio nacional fue seguida por Luiza Páez se (2h54m33s) y Marianela Balinotti (2h55m04s).
Miguel Maza, Félix Sánchez y Martín Méndez, los tres mejores argentinos (Foto Run)
La categoría de silla de ruedas también tuvo un muy buen nivel con la victoria del colombiano Luis Francisco Sanclemente, con 1h48m22s, seguido por el uruguayo Eduardo Dutra (2h06m10s) y por el argentino Miguel Lescano (2h08m10s).
En damas, el podio de silla de ruedas lo conformaron las argentinas Lucía Montenegro (2h17m), Dariana Ferreira (3h24m09s) y Norma Ramos (4h21m27s).
Pasó un Maratón de Buenos Aires más. Uno más desde aquel sábado 29 de septiembre de 1984, cuando Buenos Aires empezó a forjar su propia historia en la distancia olímpica más larga: los emblemáticos 42,195km.