Lo bueno debe perdurar. Si bien un éxito no es garantía de continuidad, la presencia de Marcelo Méndez al frente de la Selección argentina de vóley es un buen síntoma para darle espacio y desarrollo a un proyecto que logró conseguir la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

“Para mí trabajar en la Selección siempre fue y sigue siendo un sueño. Completamos un ciclo exitoso con una medalla olímpica, con muchos jugadores jóvenes que crecieron y creo que lo que más me motiva es seguir haciéndolos crecer”, contó Méndez, de 57 años. Y agregó: “Para mí trabajar en la Selección siempre fue y sigue siendo un sueño. Completamos un ciclo exitoso con una medalla olímpica, con muchos jugadores jóvenes que crecieron y creo que lo que más me motiva es seguir haciéndolos crecer”.

La presencia del ex entrenador de River y de Cruzeiro de Brasil es una manera de garantizar un proceso que viene de un logro, a partir de un equipo convencido de sus potencialidades.

En este sentido, Inés Arrondo, secretaria de Deportes de la Nación y Presidenta del ENARD, quien pidió de manera orgánica la continuidad de Méndez, “el desarrollo del deporte argentino -contó- depende en gran medida de las capacidades de nuestro recurso humano. Argentina tiene grandes entrenadores y entrenadoras con reconocimiento a nivel mundial y a quienes debemos priorizar en un mercado mundial que ofrece muchas posibilidades. Marcelo ha tenido una gran campaña al frente de la Selección de vóley y nos parece importante contar con él para fortalecer la formación de las y los entrenadores en el país y para estar al frente de la preparación para Paris 2024”.

La próxima estación de Méndez se iniciará en la primera quincena de abril con vistas a los compromisos de la Liga de Naciones y el Campeonato del Mundo.