El Flamengo de Brasil debía afrontar un complicado encuentro por los cuartos de final de vuelta en la Copa de Brasil, en donde visitaba al Athletico Paranaense con la misión de sellar su paso a las semifinales de la competición.

Para este compromiso, el estratega Jorge Sampaoli fue protagonista desde principio a fin en este partido, en la que el argentino antes de comenzar el encuentro sufrió un duro imprevisto dentro de su plantel ante las molestias físicas que presentó el volante nacional, Erick Pulgar, quien formaba parte del once titular y tuvo que ser sustituido.

Comenzado el duelo, el ex entrenador de la U y ‘La Roja’ se le vio bastante histriónico, viviendo el partido al 1000% y dando indicaciones a cada instante a cada uno de sus jugadores, en la que su equipo finalmente se terminó imponiendo por 2-0 ante el nuevo equipo de Arturo Vidal y avanzó a la ronda de los cuatro mejores.

Pero no todo fue de maravillas para ‘Don Sampa’, en la que dentro de su partido aparte que tenía fuera del campo de juego, vivió un momento ‘peak’ en el compromiso, en la que tuvo un entrevero con el juez Braulio da Silva Machado.

Sampaoli y su conflicto con el juez del partido | Foto: Getty Images

¿La razón? Sampaoli no quedó para nada conforme en lo que fue un gol anulado a Gabriel Barbosa a los 61 minutos ante una dudosa posición de adelanto que cobraron desde el VAR, la que dejó más dudas que certezas.

El ‘Casildense’ mantuvo firmemente sus reclamos pidiendo que se cobrara el gol, reclamándole aireadamente al juez del partido, quien se cansó de su pataleo en la orilla de la cancha y lo terminó amonestando.

Eso no fue todo, ya que la gota que rebalsó el vaso de la paciencia de Jorge Sampaoli llegó al final del compromiso en lo que fue la expulsión que sufrió Gerson tras un conflicto con Thiago Heleno, en la que estalló en furia por la rigurosa determinación del juez ante una jugada tan común dentro del fútbol.

Estos escándalos que se vivieron dentro del terreno de juego hicieron que Sampaoli y todos sus dirigidos adoptaran una drástica medida, en la que posterior al juego no concederían ningún tipo de entrevista ni mucho menos formar parte de la ronda de prensa post partido, todo esto como un método de protesta por los errores ocurridos dentro del compromiso.

La acción contemplada por el plantel del Flamengo fue muy cuestionada por parte de los medios brasileño, quienes criticaron esta acción de que los miembros de la plantilla pudieran expresar sus palabras posterior a esta importante clasificación.