Si algo caracteriza al modelo de Mauricio Pellegrino en esta Universidad de Chile temporada 2023 es que es muy apegado a su línea, a su idea y de alguna u otra manera, la ha querido plasmar según lo que se ha visto en estos primeros meses de gestión.

Una de esas aristas, es no contar con centrodelanteros de gran altura y la prueba de ello fue la partida de Ronnie Fernández, quien independiente de su nivel el año pasado, tuvo que dejar la institución dejando un magro recuerdo. Pero no solo él dejó el CDA, si no otro elemento que pudo haber tenido una oportunidad, no se consideró así.

Es el caso del atacante Cristóbal Muñoz, quien incluso era el capitán de su serie de proyección que disputó la final del Campeonato de Clausura el año anterior y por cierto, tuvo un par de ocasiones vistiendo la camiseta del romántico viajero en el primer equipo.

Fue el venezolano Rafael Dudamel, quien le dio la primera oportunidad en ese dramático partido por Copa Libertadores ante San Lorenzo en Buenos Aires y que por contagios masivos de Covid, el estratega debió recurrir a muchos juveniles para integrar la delegación haciendo ingresar a Muñoz sobre el final del compromiso.

Luego sumó un par de minutos en Copa Chile con Esteban Valencia como interino, pero no fue hasta con el colombiano Santiago Escobar que vivió su gran posibilidad ya que arrancó la temporada siendo titular en el Superclásico amistoso ante Colo Colo en Argentina, como también algunos duelos del torneo nacional con el cafetalero en el banco.

Pero la situación se complicó este año cuando era indicado como uno de los que estaba con la carta abierta para buscar un club y ver la opción de un préstamo, pero no ocurrió así y el futbolista no pudo encontrar un equipo ni en primera ni en el ascenso. 

Opciones en el cuadro de Pellegrino, se ve difícil y es por eso que por el momento, la posibilidad que tiene El Elegante del Gol es volver a jugar en el equipo de proyección donde no lo hizo en los primeros encuentros y ahora depende exclusivamente de Sebastián Miranda. 

Muñoz tiene 21 años, con mucho recorrido por delante aunque ya comienza a vivir los sinsabores que tiene la actividad. Paciencia, tolerancia y humildad son las claves de seguro,  en momentos como el que está experimentando.