Fernando Gago es uno de los volantes centrales más vistosos que entregó el fútbol argentino en los últimos tiempos. Sin embargo, el hoy mediocampista de Vélez Sarsfield se vio afectado por una seguidilla de lesiones que lo complicaron durante gran parte de su carrera futbolística. Como consecuencia de ello, inclusive, llegó a retirarse y posteriormente se arrepintió y volvió al ruedo para diagramar su segunda aventura en el equipo del barrio porteño de Liniers. Pero se lesionó de nuevo.

En la actualidad, horas después de cumplir los 34 años de edad, Gago aprovecha el descanso generado por la cuarentena para continuar con su recuperación. De todas maneras, el exjugador de Boca Juniors, Real Madrid, Roma y Valencia todavía no tiene absolutamente claro qué será de su futuro. De hecho, este sábado, 'Pintita' dialogó con 'Radio La Red' y aseguró que en un tiempo tomará una decisión con respecto a lo que viene: si sigue en actividad o si le pone punto final a su carrera futbolística.

 

"Sentí un pinchazo, no fue un golpe ni nada. Sentí que se me había ido un poco la rodilla. Al quinto mes de recuperación de mi anterior lesión de rodilla yo había tenido una molestia pero decidí no operarme y seguir haciendo el tratamiento correspondiente para volver a jugar. Me costó un poquito, hice un trabajo especial en el club y en mi asa todos los días, pero contra Aldosivi no aguanté más y tenía que operarme sí o sí", comenzó asegurando con respecto a su más reciente complicación.

"Voy viendo cómo me voy sintiendo con el dolor de la rodilla y la recuperación. Van dos meses recién de recuperación y calculo que a los cuatro veré cómo estoy, para qué estoy, si tengo ganas de jugar, si no tengo molestias y si la reodilla responde bien. Ahí voy a hacer un análisis de lo que puedo llegar a hacer. Entre julio y agosto definiré si sigo jugando al fútbol", continuó manifestando el hombre que fue parte del plantel de la Selección Argentina en la Copa del Mundo de Brasil 2014.

"Hoy me siento bien, soy cocinero, padre y profesor en casa. Traté de refugiarme en mi familia y estar mucho en casa para empezar la recuperación, que es larga, pesada, con rutinas de mucho tiempo. Eso te lleva a un desgaste lógico pero en un momento empiezan a volver las ganas de entrenar bien, de jugar un partido y de estar en un grupo de jugadores. A veces en la recuperación hacés un mal movimiento, se te inflama la rodilla y volvés para atrás porque tenés que parar un mes. Por suerte a mí nunca me pasó", concluyó.