Barcelona trabaja de manera incesante para levantar al club en todos los frentes. Tras anunciar 3 fichajes, confirmar a Ronald Koeman cómo DT y relevar a varios de los entrenadores juveniles, Joan Laporta reveló la crítica situación económica del equipo. El presidente asegura que el panorama es peor de lo esperado mientras ‘pide’ a Messi que defina su futuro lo antes posible.

 

En una charla con La Vanguardia, el mandamás se mostró preocupado con lo hecho por Bartomeu y compañía en los últimos años: “El club está peor de lo que me esperaba, y eso que ya me lo esperaba en una situación complicada. Hay unos contratos que nos condicionan mucho. Hay cosas que se tendrán que explicar y no descarto ninguna acción. Se explicará todo porque si no seríamos cómplices. Siempre aparecen los mismos en los contratos".

"Nos hemos encontrado con una plantilla de salarios desfasados y habrá que hacer malabarismos. Los contratos existentes se pueden cambiar o reorganizar y luego hay medidas drásticas que nos gustaría no tener que adoptar. No se descarta nada por el bien del Barça. Entre salarios y amortizaciones tenemos una magnitud de 650 millones, una cifra mayor a los ingresos del club. Estos salarios en el mercado ahora ya están desfasados", explicaba el presidente sobre la ‘guerra’ contractual que se viene con los jugadores para estabilizar el club.

El factor Messi, clave

El argentino todavía no firma el que sería su último contrato y si bien hay optimismo, Laporta sabe que su decisión afectará todos los planes que tenga para volver a controlar las finanzas del club: “Me gustaría que Messi nos dijese que sí cuanto antes, nos ayudaría en todos los sentidos. Estamos en comunicación, día sí, día no. Está ilusionado y le estoy agradecido por las ganas que le está poniendo para quedarse”.

Horas más tarde, el presidente aprobó los presupuestos de la próxima campaña y un nuevo crédito que permita al club no poner e riesgo su modelo institucional. Todo apunta a que Messi seguirá siendo Culé pero mientras tanto, Barcelona continúa de manos atadas económicamente. ¿Habrá final feliz?