Poco más de 48 horas restan para que Italia vuelva a pararse en una final. Ha pasado mucho tiempo desde que la Azzurri estuvo por última vez en la tapa de uno de esos encuentros decisivos donde se reparten títulos y medallas. En lo que es la antesala del choque con Inglaterra en Wembley, toda la península festeja por el aniversario número 15 de su más reciente conquista.

Italia volverá a una final luego de 9 años cargados de golpes y fracasos no aptos para una campeona del mundo. A la caída ante España en Kiev por 4-0 en la definición de la Euro 2012 se sumaron una serie de tragedias futbolísticas de las que el país no pudo recuperarse en mucho tiempo. La eliminación en fase de grupos del Mundial de Brasil y la no clasificación para Rusia 2018 evidenciaron un final de ciclo que lejos estuvo de ser amable.

 

A 15 años de la conquista de Germania

El 9 de julio de 2006 no es una fecha más para el Calcio. Aquella final del mundo ante Francia en Berlín mostraba el poderío de un estilo y una generación que arrasaba a nivel de clubes por toda Europa. De la mano de un Marcello Lippi que quería devolver a su patria a lo más alto, Italia se medía con Zidane y compañía en una noche cargada de anécdotas y momentos históricos.

Buffon; Zambrotta, Materazzi, Cannavaro, Grosso; Camoranesi, Gattusso, Pirlo, Perrotta; Totti y Luca Toni saltaban al Olímpico de Berlín para buscar la cuarta conquista del mundo. Con solo 7 minutos de partido, Malouda forzó un penal que Zinedine Zidane cambiaba por gol con una vaselina que ya hace parte de los goles más bellos en una final.

Sin tiempo para quejarse o lamentarse, Italia buscó un empate que acabaría llegando gracias a un soberbio cabezazo de Marco Materazzi 12 minutos después. A partir de ahí, llegó el momento de sufrir y saber hacerlo con un catenaccio que volvió a demostrar su efectividad por aquellos años.

Buffon volaba por todas partes, Cannavaro peleaba con Henry, Gattusso se mostraba incansable en el medio y Pirlo administraba la pelota. Italia llegaba a la prórroga con el convencimiento de poder llevar el encuentro a donde le convenía. Tras a expulsión de Zidane por su famoso cabezazo, Francia cayó en picada para llegar a unos penales donde la Azzurri si mostró inmejorable.

Caprichos del destino quisieron que David Trezeguet, figura de los galos en Juventus, fallase un penalti que luego del lanzamiento de Grosso, significaba a cuarta Copa del Mundo para Italia. Han pasado 15 años y muchos golpes desde entonces. Con las cicatrices del pasado ya sanadas, la Azzurri va por otra Copa el domingo.