El esfuerzo, la dedicación y la disciplina son los tres items innegociables para Gennaro Gattuso. Estas características lo acompañaron tanto en su carrera como jugador como también en estos años como entrenador.

Rino, un centrocampista batallador y fundamental para los elencos en donde participó, está cumpliendo hoy 43 años. ¿Cuál fue el camino que transitó para pasar de ser un joven futbolista del Perugia a reconvertir a Hirving Lozano, uno de los mejores jugadores de México?

Primeros pasos como jugador

Gattuso debutó en 1996 con el Perugia. Los primeros encuentros sirvieron solo para la estadística, puesto que pocas semanas después fichó con el Rangers. Aunque solo estuvo una temporada, la disciplina táctica y la agresividad en la marca, características del futbol de Escocia, lo marcaron a fuego. Tras un breve paso por el Salernitana, el mediocentro llegó al Milan.

Milan y la Selección italiana

Rápidamente, Gennaro se hizo un lugar en uno de los conjuntos más grandes de Europa. Fue fundamental en los diez títulos que conquistó con el club (entre ellos dos Champions League y un Mundial de Clubes) y se hizo conocido internacionalmente por su estilo de juego de solidaridad, ayuda al compañero y, principalmente, al límite del reglamento.

Tales actuaciones le valieron la convocatoria a la Selección italiana, donde también se ganó un lugar en el 11 titular y fue uno de los referentes de la conquista del Mundial 2006. Su carrera llena de gloria finalizó en Suiza.

Entrenador del Napoli y relación con Lozano

En 2012 comenzó su carrera como estratega. Luego de pasar sin pena ni gloria por equipos menores, se convirtió en el conductor del Milan en 2017, pero lejos estuvo de emular lo hecho como jugador.

En 2019 arribó a un golpeado Napoli y pudo devolverlo a la senda del triunfo. Con valores similares a su etapa como elemento, logró sacar buenos resultados en poco tiempo. En 2020 ganó la Copa Italia.

Uno de los grandes aciertos de Gattuso como director técnico se dio al esperar la etapa de adaptación de Hirving Lozano. El Chucky prácticamente no tuvo minutos en su primer semestre en Italia y se divisaba un futuro lejos del cuadro celeste.

En cada conferencia de prensa, el estratega (que heredó el plantel que había armado Carlo Ancelotti) mencionaba que Lozano no estaba listo para jugar. Sin embargo, tanta insistencia sacó lo mejor del surgido en Pachuca.

En el presente campeonato, el mexicano se transformó en un referente en el ataque de la institución (es el máximo goleador), uno de los elementos que más movilidad aporta y le agregó un sacrificio que antes era inusual. Así, ahora se convirtió en una fija en la alineación de cada fin de semana.

"A Lozano no le estoy regalando nada. Es un jugador distinto, tiene fuerza en las piernas, ahora cuando patea el balón no se cae al suelo como un niño", mencionó el italiano en septiembre.

¡Feliz cumpleaños, Gattuso, y gracias por añadirle más virtudes al juego de El Chucky!