Manny Pacquiao, quien anunció este lunes su retiro del boxeo profesional a los 42 años para lanzarse de lleno a la carrera electoral por la presidencia de Filipinas, es el claro ejemplo de la súper estrella que se hace desde abajo. Vendió pan de niño para escaparle a la pobreza, ganó 2 dólares en su debut profesional y llegó a embolsarse 125 millones en la mejor bolsa de su vida, que se adjudicó en la pelea ante Floyd Mayweather de mayo de 2015.
Esa pelea, de la que el filipino salió derrotado por Money en decisión unánime, sigue siendo hasta la fecha la que mayor bolsa pagó a dos peleadores, aunque se cree que será superada cuando finalmente se realice la unificación absoluta de títulos mundiales en la división de peso pesado entre Anthony Joshua y Tyson Fury.
El Pac-Man ha sido beneficiado también con otras de las mejores bolsas que se han pagado por un combate de boxeo. En 2012, recibió una bolsa de 26 millones de dólares por su pelea ante Timothy Bradley y otra de 22 millones por la cuarta pelea ante Juan Manuel Márquez. Curiosamente, también salió derrotado en ambas.
En su última pelea antes de la pandemia, que tuvo lugar el 20 de julio de 2019 ante Keith Thurman, a quien le arrebató el título mundial de peso wélter de la AMB venciéndolo en fallo dividido, Pacquiao cobró una bolsa de 10 millones de dólares. Menos dinero hubo para su ansiado regreso tras más de dos años de inactividad ante Yordenis Ugas, pelea por la que el filipino se embolsó 5 millones de dólares.
Todas estas ganancias no incluyen las cifras que se deducen de los porcentajes correspondientes a los peleadores de los ingresos de venta de entradas y pay per view , también millonarios. Otra gran fuente de ingresos para Pacquiao a lo largo de su carrera fue la publicidad, con contratos que le han valido alrededor de 50 millones de dóalres.