En 2018, Orbelín Pineda sufrió la decepción de quedarse a último momento sin la posibilidad de disputar el Mundial de Rusia, siendo cortado por Juan Carlos Osorio. Para este 2022, pudo haber vivido la misma situación si no hubiese decidido abandonar el Celta de Vigo, especialmente si se tiene en cuenta lo que sucedió con Diego Lainez, a quien la falta de continuidad tanto en Betis como en Braga terminó privándolo de la posibilidad de reprtesentar a México en Qatar.

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Pero a mediados de año, el ex-Chivas y Cruz Azul tomó la decisión de cambiar de aires y presionó para que el club español le permitiera salir cedido. Como mejor opción encontró al AEK de Atenas, porque más allá de analizar que su adaptación podría no ser sencilla por el choque cultural, vio en Matías Almeyda al mejor aliado para ayudarlo a reencontrarse con su mejor versión.

No se equivocó, porque junto al entrenador con el que consiguió tres títulos en Chivas de Guadalajara no tardó en ganar la continuidad que le había faltado en el semestre anterior. Disputó 13 partidos de Liga, alineando siempre como titular, y aportó tres goles para terminar de convencer a Tata Martino, incluso por encima de nombres que parecían tener mayor consideración en la opinión pública, como Santiago Giménez y el propio Lainez.

Pineda buscará tener una buena cantidad de minutos en el amistoso de este miércoles ante Suecia, el último partido de preparación previo al inicio del Mundial de Qatar que tendrá a la Selección de México haciendo su debut el 22 de noviembre, enfrentando a Polonia en un partido que podría comenzar a marcar los destinos del Grupo C, integrado también por Argentina y Arabia Saudita.

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“Matías Almeyda es una persona que respeto, admiro y quiero por el trato que tiene con sus jugadores.Es un orgullo estar en el AEK y estar a sus órdenes como jugador“, había dicho Orbelín en su llegada a Grecia. El tiempo se encargó de probar que Matías Almeyda se convirtió en la llave para que ahora se de el gusto de disputar su primera Copa del Mundo.