El Campeonato Mundial de Fórmula 1 no ha comenzado en 2022 de la mejor manera para Mercedes. La escudería que supo dominar la competición durante las últimas temporadas, esta vez presenta varias complicaciones para pelear por los primeros puestos. De hecho, aquello parece bastante lejano por ahora, visto el impresionante rendimiento de Ferrari. Mientras tanto, Lewis Hamilton se lamenta por el presente de su equipo.

El próximo fin de semana, se llevará a cabo el Gran Premio de Emilia Romagna, cuarta carrera en lo que va del año, que por ahora tiene a Ferrari como la mejor escudería y con bastante diferencia. Por su parte, Red Bull se muestra mejor que Mercedes, pero también ha pasado por momentos difíciles, como los dos abandonos de Max Verstappen en las primeras tres jornadas, además de uno protagonizado por Checo Pérez.

 

De momento, Mercedes se muestra por debajo de Ferrari y Red Bull, pero trabaja para intentar achicar esas diferencias y terminar siendo una vez más, candidato a los primeros puestos. Sin embargo, parece que la mejor versión del W13 de Mercedes tampoco llegará para el GP de Emilia Romagna. El nuevo monoplaza sufre el efecto porpoising, por lo Lewis Hamilton y George Russell deben acostumbrarse a estar más cerca de la zona media que de los líderes.

Getty Images

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El escenario más probable, es el de Mercedes priorizando una carrera inteligente, donde el objetivo pase por puntuar e intentar aprovechar fallos de sus rivales. Para peor, el formato sprint que se llevará a cabo el fin de semana, obligará a que las escuderías trabajen a contrarreloj con vistas a la clasificación. El parque cerrado hace que nadie pueda modificar la configuración de su monoplaza.

Pesimismo en Mercedes

Andrew Shovlin, jefe de ingenieros en Mercedes, explicó la situación que atraviesan, la cual no será sencilla de cara a la próxima carrera: "No es fácil, todavía estamos en la fase de aprendizaje de los nuevos coches, y de cómo hacer entrar a los neumáticos en la ventana correcta de funcionamiento. Por eso, el fin de semana de Imola parece muy difícil. Si podemos conseguir la configuración, entonces esperamos tener un buen resultado, pero si en la pista el piloto ve que es complicado controlar el coche, significará un fracaso total", analizó.