Nadie es quien para opinar sobre las aspiraciones del otro. Pero el renovado deseo de Sergio Pérez por pelear el título de campeón en la temporada 2023 de la Fórmula 1 parece difícil de cumplirse cuando en su propia escudería es Max Verstappen, bicampeón vigente, la máxima prioridad.

Mientras el equipo austriaco se prepara para el inicio de un nuevo año de competencia, fue su director Christian Horner quien volvió a referirse al conflicto que protagonizaron sus dos pilotos sobre el final de la pasada temporada, cuando al mexicano le quedó la sensación de que el neerlandés, ya coronado campeón, no hizo nada para ayudarlo a conquistar un subcampeonato que finalmente fue para Charles Leclerc, de Ferrari.

“Creo que la raíz del problema fue que nunca habíamos previsto estar en esa situación, estar en las últimas vueltas en sexta y séptima posición en Brasil. Creo que fue algo que, como no lo habíamos previsto, no lo habíamos discutido antes de la carrera, y fue un error por nuestra parte, que deberíamos haber pensado, o tratado de pensar en cada escenario”, señaló para quitar responsabilidades a Verstappen.

Cabe recordar que finalizada esa carrera Checo no sintió que el problema hubiese estado en la estrategia del equipo, sino que apuntó directamente contra Verstappen, quien no le cedió su posición. "Estoy muy sorprendido, no sé qué pasó, especialmente por lo que he hecho por él. Estoy muy sorprendido. Si tiene dos campeonatos es gracias a mí”, había declarado en ese entonces.

Con el correr de las semanas, en Red Bull intentaron minimizar el conflicto. Sin embargo, es evidente que en la relación entre ambos pilotos algo se ha roto y que eso podría repercutir de mala manera en el desarrollo de la temporada. ¿Será la última para los dos como compañeros?