Orbelín Pineda concluyó su primer campaña en el futbol de Europa con un sabor bastante agridulce, recordando que llegó al Celta de Vigo a media temporada proveniente del Cruz Azul como agente libre.

El futbolista mexicano estuvo muy lejos del protagonismo, disputando solamente 93 minutos en siete partidos de 19 posibles. Poca participación y nula confianza de parte del timonel argentino Chacho Coudet.

Abiertamente, el estratega sudamericano exhibió en distintas ocasiones que él no lo había pedido y el nacido en Guerrero tenía mucho por aprender: “No digo que sea malo o que no va a jugar, pero tiene que crecer, adaptarse al futbol de aquí. Es un chico que tiene chispa, que tiene llegada, no es un negado, pero todavía tiene que crecer. Nosotros somos un equipo físico sin tener jugadores físicos”, dijo.

Para cualquier futbolista, es normal tener un periodo de adaptación y poco a poco entrar a un sistema nuevo. Pese a eso, existen muchas incógnitas respecto a Orbelín y saber si se adaptará a la disciplina Celeste.

Incluso, se ha abierto la posibilidad a que se marche cedido unos meses a otro proyecto en España, un camino que estaría lejos del objetivo inicial de Pineda, pero sí podría ayudarle con una adaptación a un futbol notablemente más rápido y físico que la Liga MX.

Para el formado en Querétaro, vendrá un momento crucial en su trayectoria deportiva, debiendo decidir si desea pelear un lugar en el cuadro de Balaidós o buscar otro destino menos exigente, pero con un contexto más favorable.

Orbelín debe estar orgulloso de haber cumplido su sueño de jugar en Europa. Ahora, debe trabajar el doble para comenzar a ser trascendente en un destino tan competitivo como el Celta. Por plantel, aún pueden entregar mucho más a su exigente fanaticada.