Tras conquistar su 14° torneo de Roland Garros y su 22° título de Grand Slam, Rafael Nadal visitó este marte a un médico para hacer una revisión. La cita fue en Barcelona y el mallorquín apareció caminando con la ayuda de muletas para evidenciar las dolencias físicas que aquejan al tenista español en su pie izquierdo desde hace 18 años por padecer la enfermedad de Müller-Weiss.

De hecho, en la conferencia de prensa posterior al triunfo sobre el noruego Casper Ruud, Nadal dijo: “No puedo seguir jugando con el pie dormido. Es obvio que no puedo seguir jugando en las circunstancias en las que estoy, así que voy a tratar de encontrar una nueva solución. Aquí he podido jugar en unas condiciones extremas, con inyecciones en los nervios para dormir el pie, por eso he podido jugar. Mi doctor me ha puesto anestesia en los nervios y eso me quita esa mala sensación en el pie, pero también conlleva un riesgo y puede producir otras cosas por ahí. Pero, por supuesto, Roland Garros es Roland Garros y quería darme la oportunidad de poder hacer algo”.

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¿Qué es la enfermedad de Müller-Weiss?

Se trata de una enfermedad degenerativa e incurable, que se caracteriza por la deformación de uno de los huesos del pie. Es una displasia del escafoide tarsiano. En el caso del tenista español, la afección es en el pie izquierdo y el propio deportista reveló que tuvo que jugar gran parte de Roland Garros con el pie anestesiado, algo que no está dispuesto a repetir en futuros encuentros. En rigor, se practica un bloqueo a distancia, con inyecciones que repercuten en los nervios. En palabras de Nadal: “Estoy jugando sin dolor, pero con cero sensaciones en la zona. Es como cuando te duermen en el dentista".

Por ello, Nadal fue sometido a un "tratamiento de radio frecuencia pulsada en los diferentes nervios involucrados en el área de la lesión que padece", según explicó un allegado. En suma, se trata de inhibir el nervio para quitar esa sensación de dolor permanente. Se hace a través de la inserción de una aguja especial bajo la guía de rayos X o ecografía hasta que se asienta junto al nervio que se va a tratar. Una vez en posición, se da energía a la punta de la aguja utilizando impulsos de radiofrecuencia para reajustar la función a del nervio dañado.

El tenista de 36 años y 4 del mundo, aún no se sabe si podrá ser parte de Wimbledon, el tercer Grand Slam del año que se disputa en el All England Lawn Tennis y Croquet Club (AELTC). “Estaré allá si mi cuerpo me lo permite. Wimbledon es una prioridad, los Grand Slam son una prioridad. Jugarlo con antiinflamatorios, sí; con inyecciones de anestesia, no”, precisó Nadal.