El nombre de Omar Elabdellaoui, es poco conocido, solo es sonoro para los aficionados conocedores e intrépidos; es un caso particular en Galatasaray, uno de los grandes de Turquía. Perdió la vista en un festejo de año nuevo, por pirotecnia, y ahora está muy cerca de volver a jugar.
Salió de Manchester City, perdió la visión por un accidente en el año nuevo para 2020, ha tenido un proceso de recuperación de meses, y está muy próximo a volver a la acción en el fútbol: la milagrosa historia de Omar Elabdellaoui, registrada por The Guardian.
Todo empezó cuando decidió quemar pólvora. Ya lo había hecho en dos oportunidades y en la tercera ocurrió la tragedia; uno de los proyectiles estalló muy cerca a su rostro, y con un inglés muy admirable por su paso por el cuadro Ciudadano, le respondió así al medio británico.
“Pensé que tenía algo en el ojo y tenía que limpiarlo, pero luego sentí que me ardía la cara y todo estaba negro”, evidentemente perdió la visión, de inmediato, y de ahí en adelante comenzó el calvario para el lateral derecho noruego que pasó de todo.
Luego del suceso, en unos minutos llegó una ambulancia para atender al deportista que estaba sollozante de dolor. Por la inmensidad de Estambul, ciudad del Cim Bom, su arribo a un centro asistencial fue demorado; momentos eternos para el escandinavo.
“Por toda la pólvora me quemé la cara. Creo que fue difícil para ellos decir lo malo que fue de inmediato. En un momento agarré a la doctora para decirle: ‘Solo dime la verdad, dime qué tan mal está’. Ella dijo: ‘Tu ojo izquierdo no se ve tan mal, pero tu ojo derecho, no lo sabemos’. Pero por la forma en que lo dijo, supe que no era bueno”.
Al paso de los días, Elabdellaoui, comenzó a ver una pequeña luz en su ojo izquierdo, tenía miedo de dormir por el simple hecho de volver a perder la vista por ese globo, situación que por fortuna no se dio, y que tal cual como lo dijo la médico, logro recuperar la visión en ese costado.
Sin embargo, lo preocupante estaba en el lado diestro, ya que tenía quemado todo. La impaciencia, la soledad e incluso la depresión, de la que mucho se habla por estos días, se apoderó del hombre que solo añoraba volver a ser el mismo de antes. Tuvo quemaduras de tercer grado en el ojo derecho y todo hacía prever lo peor. Se quemó los conductos lagrimales, parte del parpado, y la parte frontal ocular, que también tiene piel, estaba destrozada.
Tanto su representante, Mikail Adampour, como el médico de Galatasaray Yener Ince, estuvieron al frente de todo lo que necesitaría el futbolista. Consultas desde Europa, hasta Asia y en Norteamérica fueron hechas por este par de hombres a los cuales el noruego, dice que les tiene un cariño especial.
Luego de tantas pesquisas y averiguaciones, Elabdellaoui, fue trasladado a Cincinnati, ciudad de los Estados Unidos donde está el doctor Edward Holland, una eminencia en tratamiento ocular y pionero del trasplante de córnea, algo que le serviría o no al futbolista.
En primera instancia, había escepticismo por parte del galeno, ya que esa cirugía no iba a recuperar la capa de piel que se había quemado. Aun así fue intervenido y todo fue un éxito. También tuvieron que tomar “una membrana amniótica de placenta humana, una técnica tomada de la dermatología, para crear una pseudo piel” y para el parpado, importante en un ojo, tomaron una membrana del interior de su boca y piel de una sus orejas. Oficialmente, el proceso de volver a ver, había iniciado. Su hermana también fue vital al darle células madre que hicieron más efectiva su intervención.
Foto: The Guardian
Pero Elabdellaoui no era un paciente normal, su positivismo era tal que hasta decidió volverse a entrenar físicamente, pese a no ver por su ojo derecho. Uno de los entrenadores fitness de las Bengalas de Cincinnati, justamente equipo que en este 2022 jugará el Super Bowl, acompañó al noruego que indicó que al exigirse físicamente tomaba bocanadas de vida y más ganas de salir adelante.
Finalmente, salió del hospital y a la hora se quitó el parche preventivo. Dijo que fue una sensación difícil de explicar, volvió a ver. Voló a Turquía de nuevo para ver, sí, a ver a su familia que lo recibió por todo lo alto y no hicieron falta las lágrimas junto con su esposa y sus hijos, de quienes estuvo separado durante un año y medio.
Como se había estado entrenando en cuanto a la parte física, su vuelta a los entrenamientos con Galatasaray fueron aprobados por parte del doctor Yener. Pisar un campo de juego fue como un sueño, así como cuando era adolescente y se estrenó como profesional. Entre el cuerpo técnico y los jugadores hubo júbilo por lo sucedido con el futbolista que estaba de vuelta.
Su vuelta a la acción se demoró debido al covid-19, pero la gran novedad es que Omar Elabdellaoui entró en la convocatoria de Galatasaray para enfrentar este fin de semana de febrero a Kayserispor; al menos estará en el banco de suplentes.
¡Qué historia hermosa!