Messi había realizado un gran partido, pero no alcazaba. De todas maneras, sobre la hora, impactó con su zurda letal y puso el 3-2. Su gol 500 con la camiseta Blaugrana, la cual enseñó para todo el Bernabéu.
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No todos los días se llega a semejante cantidad de goles en un club. No todos los días se hace un gol sobre la hora. Casi nunca ese gol es para cerrar un ajustado partido. Es muy difícil que justo sea ante el rival más directo. Es improbable que esto, encima, sea en su casa.
Messi es un mago y, a pesar de que estemos escribiendo esta nota, nada de esto nos sorprende, porque el 10 ha roto nuestra capacidad de asombro. Ante cada uno de sus partidos nos sentamos a ver cuál récord romperá, qué genialidad nos enseñará. Y así siempre, sus trucos no se agotan.
Aún así, cuando bajan los decibeles del partido, nos damos cuenta que estamos ante un fenómeno irrepetible.
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