No se lo esperaba para nada. Mohamed Salah estaba caminando por Nueva York durante sus vacaciones en medio del Torneo Internacional de Campeonesy algo lo detuvo.

Fue un mural grande, pintado en un alto edificio. En él, la cara del jugador retratada casi a la perfección.

Al instante, eldelantero del Liverpool se sacó una foto con una sonrisa que le abarcaba de oreja a oreja.

En el pie de foto, dejó claro lo que le estaba sucediendo: un sueño hecho realidad.