La Selección de México venía haciendo el partido soñado. Vencía 1-0 a Brasil, el organizador del Mundial Sub-17, en la final del certamen internacional. Pero una decisión arbitral lo perjudicó notablemente y se quedó sin nada.
Se jugaban 82 minutos, cuando el árbitro del encuentro decidió sancionar una penal inexistente, tras observar previamente las imágenes del VAR.
Kaio Jorge fue quien estableció el empate gracias al regalo del silbante y puso el empate parcial. En el tiempo adicionado, Lázaro Vincius establecería el 2-1 para que la verdeamarela grite campeón.