Para llegar a ser una de las figuras de Tigres UANL y de la Selección de Uruguay, Egidio Arévalo Ríos tuvo que pasar malos momentos, levantarse y seguir intentándolo. Y, curiosamente, uno de los episodios más feos que tuvo que transitar fue en el rival de toda la vida de la ciudad. Sí, en Rayados de Monterrey.
Muchos no lo recordarán porque fue un paso efímero, pero el centrocampista tiene memorias horribles sobre lo que sucedió entre 2008 con La Pandilla. Tan así que, en una vieja entrevista con un medio de su país, dejó en evidencia los malos tratos por parte de la directiva y el cuerpo técnico de aquel entonces.
“Yo pertenecía a Monterrey. Llegó Ricardo La Volpe y me perchó de una manera que no entendía. Venía de jugar todos los minutos de titular y no entendía por qué me sacó de un día para el otro sin decirme nada. Y yo tampoco pedí una explicación porque no la pido ni cuando juego”, reveló en diálogo con Por la Camiseta.
Con el correr del tiempo todo fue empeorando: “Me sacó a mí y a Walter Erviti. Nos mandaron a entrenar a las instalaciones de la Sub-20, no querían ni que nos acercáramos al plantel principal. Después me mandaron a préstamo a Ciudad Juárez, llegamos y una persona dijo que el presidente no atendía a nadie”.
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“Volví a Monterrey y estuve ocho meses en la casa de mis suegros, en el cuarto de mi cuñado sin cobrar ni entrenar. No me dejaban hacer nada en Monterrey. Jugaba al futbol 5, me invitaban amigos para jugar a altas horas de la noche”, contó el Cacha al programa de Canal 10 en 2016. Finalmente fue Peñarol el equipo que lo rescató.